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18/7/09

Verano azul...

¿Cuánto tiempo nos habremos dormido?
¿Diez minutos? ¿Una hora? ¿Dos quizás?


Intento abrir mis ojos... pero no puedo... Mis párpados parecen pesar mil toneladas... Lo intento una vez más... Durante unos segundos alcanzo a concentrar mi mirada en una pequeña luz roja que parpadea intermitente en el techo...

Intento moverme... no puedo con el alma... y eso a pesar de que sólo son 21 gramos... La verdad es que nunca me ha sentado bien dormir después de comer... aun cuando lo comido haya sido abundante y delicioso...

Lentamente voy tomando conciencia de dónde estoy... Una tenue luz de halo misterioso se cuela entre las cortinas envolviendo la estancia... No me resulta familiar... aunque parece confortable...

Ahí estás... profundamente dormida sobre mi cuerpo... ajena a los problemas... a las preocupaciones... Quizás sea una percepción errónea... pero diría que sonríes....
Escucho con atención el murmullo rítmico de tu respiración... es como un oleaje pausado, de un mar azul, en calma, que acaricia con su espuma la arena de una solitaria playa...

Tengo calor... y tu cuerpo desnudo despide aún más... Me gustas... me gustas cuando sonríes... cuando reflexionas sobre la vida.. cuando concluyes que es una mierda... pero aun así, me gustas. ¿Te lo he dicho ya?

En mis dedos perdura la fragancia de tu sexo empapado de lujuria... Ahora lo recuerdo nítidamente... abierto para mi... como los pétalos de la flor más bella... Qué dulce su sabor de miel... y su húmeda suavidad al tacto de mi lengua... y su afable gentileza envolviendo mi sexo ante sus bruscas acometidas... Ahora recuerdo cómo se perdía tu mirada en el infinito mientras agitabas frenéticamente tus caderas sobre mi... Qué deleite para mis sentidos amortiguar con mis manos el vaivén rítmico de tus delicados pechos... acariciar con mis dedos tus desafiantes pezones... sentir el éxtasis al derramarme dentro de ti...

Pero no debo recordar... ni pensar más en ti.. Porque mis pensamientos ciegan mi razón... y dominan mi cuerpo... y por hoy, mi querida Damisela, nuestro baile acaba aquí...

Debo despertarte... que ya es hora de que regreses a tu casa... y yo a la mía.

3 comentarios:

  1. Me gustó descubrir todos y cada uno de los rincones de los deseos... de los sentidos y de los momentos vividos.

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  2. Este texto produce y reproduce sensaciones con las palabras justas y apropiadas que lo convierten en una obra exquisita.
    Un saludo.

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  3. Un texto cargado de ternura y sensualidad, una mezcla perfecta para avivar el deseo.
    Un beso

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Sólo faltan tus palabras...

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