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6/10/13

Svetlana...

Alcé todo lo que pude la barbilla, tragué un poco de saliva, y empecé a hablar... 
No había sido premeditado... y es que ¿quién está libre de caer en la tentación? 
Sobre todo de una tentación tan delicada, tan endiabladamente bella y tan hermosamente perversa...
Aquella tarde de viernes tenía muchísimo trabajo; el lunes había que entregar un informe de seguimiento de nuestro principal proyecto, y apenas había completado un par de paginas. Necesitaba multitud de datos y gráficos, por lo que tuve que pedir a Mariano y Svetlana un pequeño esfuerzo: que se quedasen en mi despacho para hacer unas horas extras, las cuáles, dada la coyuntura económica, y para su pesar, no serían retribuidas.

Mientras Mariano extraía información de las bases de datos, Svetlana y yo trabajábamos duro en el informe y en la correspondiente presentación. Pasadas las 19:00, sonó un teléfono; era el novio de Svetlana. Un poco apurada, le respondió que saldría tarde y que lo llamaría cuando terminase. Dejó el teléfono en mi mesa y me miró como pidiendo disculpas. Le respondí con un gesto de aprobación y agradecimiento.

Mariano aprovechó las circunstancias para indicarme que esa noche tenía que recoger a su madre en la estación de autobuses, por lo que en breve tendría que marcharse. Cierto o no, una vez más, Mariano se escaqueaba. No quise dar mayor importancia a su falta de compromiso. Además, ya creía tener todos los datos, por lo que poco más podía hacer. Así que le dije que podía irse. Quizás temiendo mi cambio de opinión, salió apresuradamente del despacho. Miré a Svetlana y, arqueando las cejas, le transmití otro gesto cómplice.

Apenas habían pasado unos minutos, cuando el impertinente noviete de Svetlana volvió a llamar. Ella estaba en la mesa del fondo, enfrascada en el diseño de una figura y mientras el teléfono, que había dejado en mi mesa, seguía sonando. Lo cogí para acercárselo... y aunque no fue mi intención, pude ver, a toda pantalla, el careto de su pretendiente. Ella, esta vez con más enfado que apuro, volvió a insistirle en que le llamaría en cuanto finalizasen sus obligaciones. Desconozco qué le dijo el muchachito de tez cetrina, rostro levemente agitanado y mirada torva, pero, en la posterior réplica, ella le espetó que dejase de ser inmaduro.

Sin más interrupciones, continuamos afanándonos para concluir lo antes posible.

Pasados unos minutos, sonó el zumbido de la impresora. Svetlana había acabado el primer borrador y quería revisarlo conmigo. Eché hacia atrás el sillón y comencé a leerlo. Tenía buena pinta. Ella aprovechó el hueco dejado para buscar acomodo apoyándose en el borde de la mesa. La verdad es que, como siempre, había hecho un magnífico trabajo. Disciplina soviética, pensé para mis adentros.

Bajé mis brazos, dejando el fajo de papeles sobre mis muslos, y alcé mi mirada con la intención de felicitarla. Y mientras mi mirada iba ascendiendo por su cuerpo, reparé, con no poco gozo por mi parte, en que la blonda de una de sus medias asomaba bajo su falda roja. Apenas fueron unas décimas de segundo, pero tal inesperada visión turbó un poco mi ánimo... provocando un leve estado de nerviosismo que provocó que los papeles cayesen ruidosamente de mi regazo.

Manteniéndome sentado en el sillón, intenté recogerlos, pero mi intento fue en vano y sólo conseguía desperdigarlos más por el suelo. Svetlana, viendo tal desaguisado, y muy solícita, se agachó para ayudar. Y vaya si me ayudó. Y no me refiero al informe, sino a mi turbación. Y no sólo fue por tener su rubia y larga melena en las proximidades de mis rodillas, sino también por que lo forzado de la postura provocó que mi mirada tuviese acceso franco por su escote, dejándome ver con claridad el negro encaje del sujetador que sostenía sus no muy grandes pechos y las doradas y mayúsculas letras de su nombre balanceándose sobre su canalillo: SVETLANA.

Y en tales circunstancias, nos dieron las diez...

30 comentarios:

  1. Y las once...

    Amaranta.

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    1. ... y las doce, y la una, las dos y las tres...
      Y desnudos al amanecer nos encontró la luna.

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  2. A veces perder los papeles nos hace encontrar algo bueno.
    Saludos!

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    1. Uol Free, he perdido los papeles... (sólo espero que la "cosa" se quede ahí)

      Gracias por tu visita.

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  3. Me gustó y mucho, sabes que?, quería más , proseguir en esa narrativa tuya que desde el primer momento me llevo a la visualización de las imágenes y personalidad de cada protagonista..


    Besos muchos ♥♥♥

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    1. Tramos Romero, habrá más...

      Gracias por tu visita. Me alegra saber que te ha gustado... y que te ha hecho imaginar la situación y los personajes.

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  4. Y nos dieron las diez...
    Y el ambiente se torno suave, una delicada humedad se sintió en el ambiente y ritmos acelerados de un corazón excitado se podían escuchar a través de los sentidos.

    Como siempre, un placer Manolo

    Besos

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    1. Ame, la humedad está a punto de llegar... y el pulso acelerado... y quién sabe qué más cosas.

      Siempre es un placer recibir tu visita.

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  5. Yo si imagino que cosas...

    Mi beso

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    1. Lo cierto, Amie, es que soy muy predecible... Así que con poco de intuición es fácil imaginar lo que inmediatamente sucedió...

      Gracias por acercarte por aquí...

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  6. También me he quedado con la curiosidad de saber como Svetlana decidió quedarse esa noche con su jefe y olvidar por una horas, al pesado de su novio jajaja.
    Y Mariano como siempre jeje, eludiendo su responsabilidad...

    un abrazo :)

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    1. Esilleviana, gracias por la visita... y el comentario.

      Por cierto, aquella noche nos quedamos por responsabilidad profesional... y por el dinero, claro está.

      Como habrás sospechado, al final, las cosas se liaron un poco más de la cuenta...

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  7. Sí, ¿quién está libre de caer en la tentación?
    El "pecado" sería no abandonarse a ella por tontos convencionalismos, como ha escrito recientemente nuestra compañera Belkis: http://salidadeemegencia.blogspot.com.es/2013/10/malditos-convencionalismos.html?zx=21bed128bac66f9c

    Un abrazo, siempre es un placer leerte.

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    1. Gracias, Ulyses, por tu reflexión.

      Es cierto, existen muchos convencionalismos, reglas y normas cuyo único fin es limitar la libertad para asegurar el control. Esto no se hace, esto no se dice... esto no se piensa... y lo que es peor, esto no se siente.

      Sinceramente, no hay nada como la libertad...

      De todas formas, también hay que reconocer que nuestra libertad termina donde empieza la de los demás...

      Por eso, en el caso que nos ocupa (Svetlana), habría que ver si no es un exceso de libertinaje ir más allá de lo que es estrictamente una relación laboral... (sobre todo pensando en la cornamenta del "noviete")

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  8. Aysss la libertad, esa sí que es una quimera!!. Y sólo por curiosidad, Svetlana, ¿cómo se pronuncia?... (pregunto esto por no preguntar lo que realmente iba a preguntar, pero es por controlar mi libertad).

    Amaranta.

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    1. ¿Svetlana?

      Habría que preguntarle a ella...

      De todas formas, por lo visto hasta ahora, lo único que ha hecho es recoger unos papeles desperdigados por el suelo...

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  9. Qué duda cabe, hasta ahora ha sido sólo tu pulsión la que se aceleró ante los movimientos de la chica e hizo desbordar nuestros deseos, libres de todo control.

    Amaranta

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    1. Si es que estamos un poco acelerados, Amaranta.

      Mente fría, mente fría... jaja

      De todas formas, soy un tipo de sangre -a veces demasiado- caliente, por lo que seguro que la cosa no se quedará ahí... ;-)

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    2. Pues a mi no hay nada que me acelere más que una mente fría, impertubable a mi mirada, a mis pocas curvas, inmutable a mis encantos y me deje sin saber si esa indeferencia es sólo la apariencia de una gran pasión. Así que sí mente fría, que calcule lentamente sus pasos y los alargue hasta que el deseo cruja en un suspiro.

      Amaranta.

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    3. Eso que describes, más que frialdad en las emociones o en las sensaciones, lo interpretaría como una mezcla de dominio de la situación, o de seguridad, con educación (o lo que se viene en llamar, "saber estar").

      Y es que, aunque los manjares con los que nos agasajen fueren exquisitos, uno debe mantener las buenas maneras y la compostura para deleitarse, con calma y atención, con el sabor, el color, el olor y el tacto de lo que se fuese a disfrutar.

      De todas formas, también entiendo el ansia viva del hambriento... jaja.

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  10. ...y desnudos al amanecer os encontró... ( o no)

    bss

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    1. Dalicia, gracias por pasar por aquí...

      Por cierto, Sabina sí que sabe...

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  11. Esbelta Lana, me suena bien. Aunque también, libertad disciplinada... quizá sean los desvaríos de mi imaginación.

    Un beso desde mi Jardín.

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    1. Rosaida, gracias por tu visita... y por el beso.

      Por cierto, me encantaría pasar por tu jardín para deshojar tu flor...

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  12. entiendo que con la dama soviética todo fue a mayores, no?
    y el proyecto, tod un éxito, verdad?

    si al final resultará que esto de quedarse hasta tarde para "trabajar" es la mar de rentable...

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    1. Gracias, Shang Yue, por tu visita.

      Lamento no poder responder a tus atinadas cuestiones; si lo hiciera, perdería interés la próxima parte, que en unos días vera la luz. Con todo, sí puedo anticiparte que, al final, el proyecto es lo de menos.

      Ah... y no te quedes trabajando hasta muy tarde ;-)

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  13. Miradas que turban y son el principio de un proyecto muy intenso.

    Besos.

    Lunna.

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  14. Imagino la escena... y la conclusión.

    Besos Manolo

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    1. Soy tan predecible... jaja.

      De todas formas, ser predecible no es un defecto, sino una virtud...

      Gracias, Aymé, por tu visita.

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  15. Ayssss tenía que haber empezado a leer por esta entrada, y en cambio, empecé del revés.

    Eso de tener empleados que se queden horas extras no está nada mal ¿eh? porque por ahí puede empezar la fiebre jajajaja.

    Un placer leerte, he pasado un rato muy agradable.

    Un beso.

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