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25/8/16

Hermanos de leche...

(viene de aquí)

La fiesta estaba resultando muy divertida para todos los invitados y, especialmente, para Jacobo, el agasajado. Hacía tanto tiempo que no veía a alguno de sus amigos, y eran tantas las ganas de recordar los buenos momentos pasados, que le resultaba difícil contener la efusividad en los reencuentros. Entre abrazos, risas y sonrisas, todos los invitados pasaban por el photo-call para inmortalizar el momento, no sin antes ataviarse con coloridas pelucas, enormes gafas y brillantes sombreros...

Mientras, su hermana Anabel y su acompañante, Cosme, contemplaban la jubilosa escena desde la esquina del salón adyacente a la mesa en la que el bartender preparaba, con esmero y dedicación, múltiples y variados combinados. El calor de aquella noche de septiembre, unido a esos otros calores que una mujer madura siente ascender entre sus piernas al recordar algunas pasiones con alguno de los allí presentes, aceleraban el ritmo al que Anabel iba consumiendo sus Cosmopolitan con Grey Goose. Apuró el contenido de la copa martini y, no sin algo de desprecio, se dirigió a Cosme pidiéndole que se acercase a la muy congestionada zona del bartender para que le preparasen otro "Cosmo".

Anabel no sentía ninguna atracción física por Cosme. Su aspecto viejuno, su bigotillo sazatornilesco y su jersey sobrehombrero de otros tiempos le causaban repulsión, aunque su repleta cartera hacía que las penas, con pan y pene, fuesen menos dolorosas... Mientras Cosme avanzaba posiciones lentamente en la atestada cola del bartender, Anabel oteó el horizonte. Vio a su hermano Jacobo feliz y excitado, deambulando ataviado con un sombrero pirata de uno a otro confín del salón. También alcanzó a ver a su, para ella repelente y odiosa, cuñada Maca cotorreando animadamente con su insípida amiga Silvia. Pero, finalmente, por esos quiebros que a veces depara el destino, su mirada se cruzó con la viciosa, y a esas horas ya algo vidriosa, mirada de Javier.

Javier siempre fue un caso perdido. Su padre, un acaudalado industrial de Villaviciosa de Odón, luchó lo indecible por sacarlo adelante matriculándolo en los mejores colegios de Madrid, pero Javier, al igual que su hermano pequeño Juan, atesoraba en idéntica proporción indolencia, vagancia, y amor por la dolce vita y el dolce far niente. Harto de malgastar tiempo, esfuerzo y dinero, cuando Javier cumplió 22 y Juan 18, papá les cedió una finca en El Guijo, con su yeguada y salón para eventos, con la que pudieran sostener su elevado nivel de vida y de vicios, farloperos incluidos.

Pero Javier y el trabajo, como el agua y el aceite, se sabían incompatibles, y en lugar de atender a la hacienda, atendía a todo aquello que le proporcionase placer inmediato. Y aquel verano tórrido verano del olímpico 92, lo más excitante eran las fiestas que Jacobo organizaba en el chalet que sus, en aquellas fechas ausentes, padres tenían en El Escorial. Allí estaban todos: Javier, Jacobo, Jorge, Juan y Jero, las 5 jotas, todos ellos chavalotes de cuerpos atléticos y bien formados, tumbados al sol o zambulléndose en la piscina tras arriesgadas piruetas estimuladas por la ingesta de una notable cantidad de cervezas y quien sabe si de otras cosas.

Aquella tarde también estaba allí Anabel, con su recién estrenada treintena... tratando de broncearse rápidamente para tener un tono adecuado para las ya inminentes vacaciones ibicencas. Ante el jolgorio y algarabía de los chicos, y las constantes salpicaduras, se levantó de la tumbona y subió a su habitación, no sin antes ser impertinentemente piropeada y silbada por la hormonada muchachada.

Una vez allí, Anabel comenzó a observarles furtivamente tras las cortinas de su habitación, mientras acariciaba con precisión quirúrgica uno de sus enhiestos pezones y su, en aquel momento muy excitado, clítoris... Y entre caricia y jadeo imaginaba a alguno de aquellos jovencitos follándola, empotrándola violentamente contra la pared... Pensó en Jorge... y se excitó. Pensó en Jero... y se excitó aún más. Imaginó a los hermanos Javier y Juan penetrándola salvajemente por delante y por detrás... y su bikini se empapó. Mmm... y hablando de hermanos, aún le faltaba poner la guinda más prohibida y morbosa en su lujurioso pastel...

Pero cuando ya estaba a punto de correrse, notó que alguien subía por las escaleras. Intentó asomarse a la ventana para echar un vistazo rápido a la piscina y saber quién podía ser. Descartó a Jorge, a Juan y a Jero, pues estaban tumbados, junto a sus cervezas. Quien fuera que fuese se detuvo ante la puerta. Anabel contuvo la respiración, y se dejó caer lenta y silenciosamente en la butaca, mientras su corazón y su sexo palpitaban al unísono... Tras unos movimientos que no supo identificar, y el sonido de algo elástico y empapado cayendo al suelo, de pronto, la puerta de la habitación se abrió, y una hermosa, y quizás también algo familiar, polla apareció ante sus ojos... y sus labios...

18 comentarios:

  1. Ágil el relato y lo erótico bien manejado sin rayar en la vulgaridad, solo el titulo... no me conecté con él.
    Un gusto volverte a leer.

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    1. Es un honor, Susana, volver a recibirte por aquí...

      Y muchas gracias por tus palabras...

      Y hablando de palabras, teniendo en cuenta tu comentario, es evidente mi torpeza pues he querido jugar con ellas en el título... y no he sabido hacerlo.

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  2. Supongo que quien apareció ante ella fue precisamente esa dulce y exquisita guinda que tanto deseaba como culminación de dicho pastel… Y tú…nos dejas con la miel en la boca…

    Un placer seguir disfrutando de esta historia que acaricia los sentires de la piel…

    Mil Bsoss!!

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    1. La guinda del pastel... la miel en los labios...

      En cualquier caso, el dulce sabor de lo prohibido siempre es tentador...

      Quizás Anabel sucumba a la tentación y al morbo... y acabe disfrutando con un sabor muy familiar...

      (Gracias, Ginebra por tu visita y tus siempre muy amables palabras...

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  3. Si sólo son hermanos de leche...
    Aún se estilaba eso en la alta sociedad de los 50? 😑

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    1. En 50 años nada ha cambiado... ni cambiará en los próximos 50: siempre tirarán más dos tetas que dos carretas, y una polla grande, ande o no ande.

      ((Gracias, Lou, por tu visita :-) )

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  4. Buen relato y muy bien construido. Tiene sentido literario y la suficiente pimienta para que sea atractivo.

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    1. Gracias, Francisco, por tu visita... y por tus palabras. Celebro que te haya gustado... y espero que en sigas disfrutando con las próximas, y probablemente picantes, entregas.

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  5. un aplauso por ser tan genial con el texto

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    1. Mmm... ¿aplausos? Desde luego no para mi... sino para ti, Recomenzar, por pasarte por este rincón y leerme...

      Gracias por la visita.

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  6. Indudablemente sigues despertando instintos y acalorando pensamientos...

    Mi beso M.

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    1. Amie, me alegra volver a saber de ti... y comprobar que tus pensamientos se acaloran... no sé si tanto como los míos al leerte.

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  7. peazo vacaciones testás metiendo pal cuerpo

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  8. Friné Laena, gracias por tu visita... y por tu comentario.

    Y sí... estamos de vacaciones... pero éstas, jodidamente, acabarán pronto.

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  9. Siempre que leo un relato tuyo puedo ver cada detalle y sentir cada deseo. Me gusta mucho... y me dejas con las ganas, habrá que ponerle remedio, digo yo :)

    Besos

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    1. Trataré de complacerte, Tatu, en todos los sentidos (qué fatuidad la mía, jaja).

      En serio, muchas gracias por la visita y tu comentario... Espero que la próxima semana encuentre tiempo para proseguir con esta historia, mitad realidad, mitad fantasía.

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  10. Ainsss ya perdí el hilo, después de tanto tiempo sin publicar, tendré que ponerme al día, leyéndome desde el principio, por eso me gusta todo seguido, sino ya ni me entero, Manolo.

    Mmmm la empotraba contra la pared eso sí es de lo más salvaje, me imagino la escena y buffffff cómo me aceleran siempre tus escritos.

    Un beso enorme.

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    1. Tienes razón, María. Escribir por "fascículos" provoca que se pierda el hilo. Pero bueno, es una historia compleja... y a día de hoy los personajes están proporcionando mucho material para futuros relatos. Por ejemplo, me acabo de enterar de que "Maca" y "Jacobo" se separan (tela marinera)..

      Bueno, gracias por acercarte... y, por cierto, mañana habrá un episodio nuevo de esta truculenta historia.

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Sólo faltan tus palabras...

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