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8/2/19

Una proposición indecente...

No me apetecía nada ir... pero habían insistido tanto que no fui capaz de encontrar una excusa para declinar la invitación. Y es que no todos los días se cumplen 50 años... y además por partida doble.

Tras el traslado en avión, llegamos a media tarde al hotel. Nos duchamos, nos cambiamos, nos pusimos de tiros largos, sombra aquí... y sombra allá, y bajamos al salón.

Estaban en la puerta, recibiendo a los invitados... y estaban estupendos, a pesar de su edad. Nos abrazaron... les felicitamos y les entregamos un presente...  No quisimos entretenerles... y entramos.

Un camarero nos ofreció champagne...  Salvo a ellos, los cincuentones celebrantes, allí no conocíamos a nadie. Nos acercamos a una mesa... picamos algo...  todo estaba delicioso. Cotilleamos un poco... nos miramos... y entre mirada sorbo y picoteo, terminamos el champagne.

La segunda copa de Ms. T cayó casi tan deprisa como la primera. Con sus andares elegantes, se acercó a un camarero cuya bandeja portaba una solitaria copa. Sin embargo, en el último momento, un tipo se adelantó y se apropió del codiciado trofeo. A pesar de ello, supongo que haría gala de sus dotes de persuasión porque, al poco, le cedió la usurpada copa con una sonrisa...

Empezaron a charlar. En algún momento debieron presentarse... porque se dieron dos besos. Poco después, tomándolo del brazo, lo orientó hacia mi... entiendo que para que me saludase... saludo que, desde la distancia, devolví cortésmente haciendo un gesto con la cabeza.  Siguieron charlando... y parecía divertida su conversación. No sé qué le susurró al oído... que la dejó entre pensativa e interesada. Ella le respondió acercando su boca al oído... y él asintió con un leve movimiento de su cabeza y una sonrisa. Al poco, el desconocido se retiró y Ms. T regresó hacia donde estaba yo. 

- ¿Quién era?
- Espera... ahora lo sabrás.

El desconocido y su desconocida acompañante se acercaron hasta nosotros. Eran puro contraste, al menos en lo visual: de porte menudo, él; de menudo porte, ella. Les saludé: apretón de manos para él y besos para ella. Charlamos un poco. Eran majos, así que congeniamos rápido. Y entre conversación y conversación, de pronto sentí un chispazo... Miré a Ms. T.... y con un doble y rápido arqueo de cejas me confirmó que la señal percibida no era una falsa alarma. Así que seguimos bebiendo... aunque debo decir que, con cierta discreción, instruía al camarero para que añadiese a sus copas todo el alcohol que no ponía en las nuestras.

A pesar de mis pocas ganas iniciales, debo admitir que mereció la pena el viaje... ya que lo estábamos pasando muy bien con nuestros nuevos amigos... Y uno de los momentos más divertidos fue cuando quisimos inmortalizar la ocasión fotografiándonos juntos en el photo-call, graciosamente ataviados con coloridas pelucas, ridículos bigotes y misteriosos antifaces... 

Y aunque el estribillo de El Tiburón de Proyecto Uno, que sonaba a todo volumen, pudiera indicar lo contrario, el caso es que a altas horas de la madrugada la fiesta terminó... Nos despedimos de los anfitriones, que se congratularon nuestra nueva amistad. Salimos del salón y nos dirigimos hacia los ascensores. Ellos también estaba alojados en el hotel... y en nuestra misma planta, así que subimos juntos.

Cuando íbamos a despedirnos y entrar en nuestra habitación, ella nos sugirió que les acompañásemos a la suya, a tomarnos la penúltima en el minibar. Miré a Ms. T, y me respondió con gesto que fue mutando de sorpresa inicial a sutil aprobación a tal proposición indecente.

Asi que entramos...

4 comentarios:

  1. Cachiisssss lo dejas en lo más interesante, yo deseando llegar al final para ver qué ocurre y resulta que aquí no acaba sino que acaba de comenzar jajajaja.

    Así que a esperar a ver de qué se trata la dicha proposición indecente.

    No tardes mucho ¿eh? jajaja no me dejes intrigada.

    Un beso enorme.

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    Respuestas
    1. Lo dejo ahí para que alguien continúe la historia... jaja.

      A ver si lo consigo...

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  2. Indecente, indecente... igual casi que no :-) pero ahí nos hemos quedado pero cuando algo se aprueba con esa intencionalidad, no cabe duda de que el propósito está para merecer... Luego, el resultado...

    Besis.

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    Respuestas
    1. Está todo por definir... Todo puede pasar... Y ahí está la gracia... en imaginar y pensar en lo que sucederá cuando entren..

      Gracias por tu visita.

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