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29/10/21

Esposa fiel...


El recuerdo de esa primera relación "prohibida" quedará en mi mente para siempre...

Allí estaba yo... con aquel hombre... Un hombre real, de verdad; no uno ficticio, como los que imaginábamos tú y yo en nuestras fantasías...  Esas fantasías en las que especulábamos con lo que se sentiría abriendo nuestra intimidad a otras personas... poniendo a prueba nuestra confianza... nuestra seguridad... nuestra apertura de mente... y nuestra libertad...

No... esto ya no era una de esas historias ficticias de BoundlessPassions... de la pareja sin límites ni tabúes... abierta a todo tipo de experiencias... 

No... ahora estaba reclinada en la cama de aquel hotel... semidesnuda... expuesta ante un tipo dotado con una hermosa polla en incipiente erección... dispuesto a follarme... 

Sí... allí estaba yo... junto a él... acariciándome el coño... contoneándome seductoramente... masturbándome sin prisas... preparándome para todo lo que había de venir... y muy dispuesta a que eso sucediera.

Recuerdo como le abrí obscenamente mis piernas...  y como él se acercó, se acomodó entre ellas y se desplomó sobre mi... dejando caer su musculado y definido cuerpo sobre mi vientre... hundiendo con certera precición su polla entre los labios húmedos de mi coño... abriéndolos más y más... 

¡Oh, Dios! Era tan grande y gruesa que creía que me reventaría el coño... y eso que sólo estaba en los primeros lances de su faena....

Esa polla, desconocida e inusual para mi, era increíble... Se abría insolentemente paso en mi cuerpo, hundiéndose hasta donde nadie logró hacerlo... con una desquiciante mezcla de suavidad e ímpetu... 

Me resultaba imposible resistirme, oponerme a tal placentera invasión... Mis defensas se derrumbaron, tanto las físicas como las morales... Esa polla no sólo convirtió mi coño en viscosa gelatina,  haciéndolo babear como la boca de una yegua desbocada, sino que provocó que mis reticencias, mis tabúes y mis dudas se disipasen de un plumazo... 

No... tanto placer no podía ser algo malo... No... 

Aquello era bueno... bueno, no... superior... sublime... lo mejor...  y lo iba a disfrutar... a fondo.

Nada quería hacer... ni podía... Así que claudiqué, me rendí y me entregué...  y me relajé... y le dejé que me hiciera...

Entre acometida y acometida, pude sentir su intenso olor masculino, varonil... a macho en celo... Es un olor abrumadoramente excitante que me dominaba mientras su poderosa anatomía viril penetraba implacablemente la mía, más y más profundamente...  Joder...  la sentía tan dura... y tan grande que ansiaba que llegase aún más lejos... 

Mis manos le ayudaron... y fueron al encuentro de sus poderosas nalgas... Estas, rítmicamente, se tensaban como el acero cuando percutía en mi, penetrándome, y se ablandaban como un mullido almohadón cuando se alzaban para tomar impulso y acometer una nueva embestida...

Me sentía en un nube... volando muy alto... en la gloria... quizás algo mareada y narcotizada por el placer... Esa sensación provocó que yo misma me sintiese tan excitante... provocativa... sensual y sexy... como para reclamar el trono de Ava Gardner, como la hembra más atractiva, poderosa, lasciva y bella del universo...

Quizás por eso, mi piernas se abrieron aún más... y más... para él... facilitándole el paso... invitándole a seguir... tentándole para que me follase a fondo... sin contemplaciones.

Y esa increíble polla, tan gruesa y certera, percibió mi intención y me penetró... cada vez con más fuerza y vehemencia... haciéndome gozar como una gata en celo... emputeciéndome...  y convirtiéndome en sumisa esclava de su voluntad... 

Y llegué al orgasmo... y me corrí... Una corriente eléctrica circuló por mi cuerpo... brotando desde el interior de mi coño... haciendo palpitar a mi clítoris y provocando un cosquilleo en mi ano... Esa sensación electrizante recorrió mi vientre... subió por mis tetas, erizando mis pezones chispeantes, hasta llegar a mis manos... y mis muslos... incendiándolos del más absoluto y lujurioso placer... 

Y cuando pensé que ya había llegado a mi final... y que no habría más... vino el siguiente... con más intensidad que el primero... esta vez desatando un abundante manantial de húmedo deseo entre mis piernas... que empapó mis muslos... lubricando su polla... y provocando en cada embestida... en cada furioso empellón que mi flujo, mi sudor y el suyo salpicasen la cama...

No podía parar... era un orgasmo tras otro... sin solución de continuidad... sin pausa... sin descanso...  No podía distinguir donde terminaba uno... y empezaba el otro...

Pero todo lo bueno se acaba... y él llegó a su límite de aguante... Empujó con fuerza sus caderas contra mi... y tras un alarido obsceno. derramó toda su excitación y pasión dentro de mi... Sentí cómo se desvanecían sus fuerzas... y cómo su semen caliente inundaba mi lasciva vagina... haciéndome arder por dentro...

Fue increíble... 

Nos marchamos... cada uno por su lado... Y pensé...

Sí... aquel tipo me folló y me hizo enloquecer... y disfrutar. Pero mi entrega fue limitada y temporal... Sólo fue aquel momento... No me poseyó... sino que me tomó en préstamo... Un préstamo que yo misma le había hecho por voluntad propia... y que una vez devuelto y concluído dejaba las cosas como antes... como siempre...  

Por eso, aunque haya poseído mi cuerpo, no olvides nunca, mi amor, que mi corazón siempre te pertenecerá a ti...

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