Dejémoslo...

Era el primer cliente de la tarde. Detrás de la barra la camarera ordenaba las botellas mientras el DJ experimentaba con Kelli Ali, Sia, FC Kahuna,... creando una atmósfera íntima, oscura, muy apropiada para lo que te iba a decir... Pedí una Budweisser... sin vaso... y te esperé.

Llevaba bastante tiempo dando vueltas en mi cabeza la idea de dejarlo... Y es que nuestro camino, además de hacerse cada vez más peligroso, no estaba yendo a ninguna parte. En realidad, somos muy diferentes; vemos las cosas de forma distinta; pensamos distinto; sentimos distinto...

A ti te gusta provocar, jugar, sugerir... y a mi me gusta, ser directo, ir al grano. Bordeas constantemente los abismos, fuerzas los límites, te adentras a explorar lo desconocido... y yo prefiero lo seguro, lo práctico... Atraviesas sin inmutarte todos las líneas rojas, lo prohibido... mientras yo me quedo a resguardo. Derrochas, despilfarras pasión... deseo... lujuria... y yo reciclo, economizo... Eres fuerza, energía arrolladora, vendaval... y yo el céfiro del atardecer...

Por eso vamos a dejarlo aquí; en un punto en el que podamos recordar con alegría lo bonito... los besos... las caricias... los buenos momentos... Tenemos que pensar en que hemos sido dos personas muy afortunadas... y que podemos continuar nuestros caminos dejando las puertas de la amistad abiertas...

Llegaste como un exhalación... Boina morada, pañuelo de lunares a juego, cazadora vaquera y una falda muy corta... Te aproximaste a la barra, me besaste en una mejilla y cuando tus labios se iban a posar en la otra, me susurraste al oído:

- No llevo ropa interior...

Esto lo cambia todo...