Su alma hacía mucho tiempo que había volado…
pero su cuerpo, sometido a las leyes de la física y a los términos pactados en público, permaneció fielmente a su lado…
hasta que llegó el viento.
Después de algún que otro tumbo, propio de los alocados excesos de juventud, por fin encontró alguien con los merecimientos suficientes como para concederle, en régimen de exclusividad y por tiempo ilimitado, acceso a los oscuros y profundos rincones del alma, amén de los consiguientes, y en su caso exquisitos, placeres carnales que desprendía su piel de seda y fuego.La pronta llegada de los frutos del amor fortaleció el compromiso, a costa de comprometer seriamente la reciprocidad en las atenciones al cuerpo y, sobre todo, al alma. Y así, poco a poco, la fogosidad del cortejo fue remitiendo paulatinamente hasta convertir lo que un día fue pasión desquiciante en un triste y mediocre polvo en horario de siesta infantil de sábados alternos. Aun así, trató de mantener expéditos los puentes entre ambas orillas, derrochando imaginación y creatividad, aunque sus esfuerzos fuesen tildados, en muchas de las ocasiones, de infantiles e inmaduros. Pero la realidad es tozuda... y ante la desigual y asimétrica lucha contra los devastadores efectos de la rutina y lo predecible, terminó por claudicar y aceptar el fracaso.
Afortunadamente, las brasas del deseo no se extinguen fácilmente…
Fue suficiente que una noche quedase abierta la ventana de su alcoba, para que una suave, cálida e insolente brisa convirtiese los rescoldos en ardiente deseo… Y del rescoldo surgieron llamas... Y las llamas despertaron sensaciones dormidas… y pensamientos... Y los pensamientos mudaron en tentación... que de momento se quedó solo en eso... en tentación.
Pero la tentación tuvo un aliado inesperado: la indiferencia... Y cuánto más intensa era ésta, mayor era la tentación de volar… Y así, día a día, la tentación fue creciendo hasta convertirse en decidida intención. Ya solo era cuestión de tiempo que la intención, como todo aquello que se proponía, acabase materializada en hecho. Y así fue...
El hecho fue que lo hecho estuvo tan bien hecho que acrecentó aún más sus deseos, disipando cualquier atisbo de remordimiento… ¿Cómo sentir remordimientos cuando, tras años de silencio obligado, por fin podía conjugar en plural el rico, sutil y variado lenguaje de la sensualidad y la pasión? No… Lo único que sentía, que sentían era el placer de conversar; de conversar seleccionando cuidadosamente las palabras: a veces, explícitamente intensas, y otras, melódicas y dulces. Y hablaron… y hablaron… y callaron… y volvieron a hablar. Y cuanto más hablaban, más disfrutaban… y mejor entendía los motivos… las causas… los efectos, pero también los defectos… y, sobre todo, sus consecuencias…
Había que hacer algo… y pronto.
Una noche más, intentaron mantener en sus respectivas vidas la normalidad, brindando la enésima oportunidad para recuperar la complicidad del pasado... Pero de dónde no hay, nada puede sacarse... y la respuesta de los presuntos cómplices fue simplemente quedarse dormidos... eso sí, adornando su sueño con el horrísono rechinar de dientes provocado por un bruxismo crónico, en un caso, y de estruendosos y nada disimulados ronquidos, en el otro.
Algo abatidos, salieron a sus jardines para tomar un respiro en el frescor de la noche... Y estimulados por un chispazo telepático, cruzaron sus miradas en la Luna Llena... Y ambos llegaron a la conclusión de que el mundo estaba muy mal repartido y que, al menos para esa noche, lo mejor para todos era un intercambio de parejas…
Y hablaron y hablaron y llegaron a esa conclusión.
ResponderEliminarLa decisión que tomen, siempre y cuando sea de mutuo es válida.
El tema me parece que es mas común de lo que debería, la solución diferente, pero eso hace a tu espacio único.
Besos Manolo
Llegados a ese punto, callejón sin salida, cualquier opción que se plantee puede ser buena sobre todo si al menos uno de los dos tiene fe en que funcionará.
ResponderEliminarCreo que es muy difícil que se recupere una pasión perdida (no todos los rescoldos generan llamas), pero a veces se pueden despertar pasiones paralelas, y que quien creía estar muert@, reviva y deje de ser indiferente.
"Quizás se necesita ser mordidos
ResponderEliminarpor una abeja venenosa
para mandar mensajes
y rogarle a las piedras
que te manden luz".
se necesita hablar, comunicarse y compartir palabras, sensaciones, sueños y fantasías... para revivir :))
un abrazo
Exquisita manera de describir el amor, el deseo, la falta de pasión,las rutinas y el querer renovar esas llamas, a veces la realidad supera la ficción, doy fe y muchas veces no es necesario si no encontrar nuevas fuentes de placer y explorarlas juntos... besos
ResponderEliminarAme, coincido con el fondo de tu reflexión: la solución debe alcanzarse por mutuo acuerdo...
ResponderEliminarSin embargo, cuando se llega a la situación descrita en esta historia es difícil entenderse... y mucho más reconocer el fracaso.
Por eso, en muchas ocasiones la única opción posible suele estar más allá de los límites de la pareja...
Ah... y gracias por tus palabras.
Gracias, Belkis, por tu comentario...
ResponderEliminarPasiones paralelas... A veces resuelven más de un problema... si se saben llevar con cierto control, jaja.
En cualquier caso, creo que es preferible buscar la llama en otras latitudes que darse cabezazos contra una pared.
(parezco un patrocinador de los cuernos... )
Esilleviana, básicamente se reduce todo a conjugar en plural ciertos verbos: compartir, sentir, experimentar... disfrutar.
ResponderEliminarPues sí... lo mismo que es necesario beber en las fuentes del saber, también lo es beber en la fuente del deseo... y si la que tenemos más cerca se seca... habrá que buscar otra en la que saciar la sed...
ResponderEliminaralexia, gracias por tu visita...
Lo de cruzarse las miradas en la luna llena es de lo más romántico.
ResponderEliminar(Siempre cuando el/la deseado/a está lejos)
Me gustó mucho el relato, la sorpresa final (al menos yo estaba pensando en otra cosa)
Y muy bien contada la manera en que los volcanes se convierten en rescoldos.
:-)
bicos
La noche... y la Luna, sobre todo cuando está llena y azul (como el gato de Roberto Carlos), hacen volar la imaginación... los sueños... y las fantasías.
ResponderEliminarEn cuanto al deseo... siempre necesita algo de distancia. ¿Qué sería de él si tuviésemos siempre al alcance de la mano lo deseado?
Gracias, zeltia por tu visita y por tus amables palabras.
Un intercambio de parejas pero nunca un intercambio de deseos.
ResponderEliminarTriste
Cuando retomas esa forma de redactar sentimientos puedes encender un volcán
Abrazos ,Manolo
Es una de las historias más bonitas que he leído en tu blog desde que te encontré.
ResponderEliminarEsa "suave, cálida e insolente brisa"... mmmm.
Te diré un secreto, esta noche duermo con la ventana abierta, por si acaso...
Besos
No sé si lo que hay detrás de un intercambio de deseos es bueno, malo o regular... En cualquier caso, lo que sí es evidente es que, en algunas ocasiones, podríamos alterar la forma en la que nos combinamos para conseguir que la "música" suene mejor.
ResponderEliminarEn definitiva, Anónimo visitante: el secreto está en la armonía...
Y en cuanto a encender volcanes o despertar tsunamis... hoy no... mañana (jaja... necesito tranquilidad).
♥ Ana ♥, gracias por tus amables palabras.
ResponderEliminarNo hay nada como una sentir una suave brisa en cualquiera de los dos umbrales de la noche...
Manolo, ¿a grandes males, grandes remedios? ¿el remedio es peor que la enfermedad?
ResponderEliminarDudas, muchas dudas, pero te entiendo perfectamente.
Besos, sin duda.
Pues a mí me gustaría probar esto, siempre me ha llamado la atención lo del intercambio de parejas... aunque creo que, en el fondo, tendría algo de miedo...
ResponderEliminarSaludos!
yapagalaluz.blogspot.com
Mmm... Duda Veritas...
ResponderEliminarSoy de los que piensan que siempre es mejor Remedios que la enfermedad... y que puestos a pedir, aquí Paz... y después Gloria (supongo me habrás entendido, jeje). Pero en todo caso, lo esencial es que, se haga lo que se haga, los unos estén bien... y los otros también.
Beso... también sin ninguna duda.
Lo primero, agradecer tu visita, Tequila, Limón y Sal. Como a todo el mundo, te invito a pasar, a servirte lo que quieras y a disfrutar sin prisas... aunque me da que prefieres beber la vida "de un trago"...
ResponderEliminarA ver.. lo que habitualmente se entiende por intercambio de parejas, y si se quiere hacer bien, requiere que haya buen entendimiento y gran confianza y seguridad entre cada pareja, y partiendo de la base de que el gusto por el morbo sea compartido. Con estos ingredientes, y dando con la pareja adecuada, solo queda disfrutar...
De todas formas, este cuento no va sobre ese tipo de intercambio...
Ah... y me gusta mucho tu blog.
El morbo por hacer cosas diferentes es lo que puede hacer que el deseo y la pasión se enciendan si están algo apagados, y todo puede valer entre parejas que están de acuerdo, yo lo respeto, aunque no lo comparto, porque esa no es mi manera de pensar, yo creo que el deseo ha de encenderse dentro de la pareja, no fuera, y cuando ese deseo está apagado, es que algo no funciona, entonces la solución no debe ser esa, sino buscar otra en la que los dos sean cómplices sin tener que entrar en juego otras personas.
ResponderEliminarSe que mi punto de vista es muy anticuado, pero es mi manera de pensar, aunque respeto a quién lo practique.
A pesar de todo, me ha encantado tu relato, algo que no había leído por estos medios, sobre intercambio de parejas.
Un beso.
Gracias, María, por haber vuelto a encontrar el camino hasta este recóndito rincón :-)
ResponderEliminarVoy a decir una gilipollez... pero salvo el excepcional caso en que se contemplen otras opciones desde el principio, lo habitual es que las parejas empiecen siendo de dos.
Casi siempre sin premeditación, surgen oportunidades que compensan las carencias, el desinterés o la indiferencia. Muchas veces, esas oportunidades están dentro de los límites marcados por las líneas rojas. Pueden ser viajes, actividades diversas o cualquier distracción. Sin embargo, también es verdad que para alcanzar esas oportunidades hay que atravesar esas líneas rojas... lo cual, en mi opinión, se hace más por necesidad que por morbo.
Fuere lo que fuere, lo que es inaceptable es que, si disponemos de otras opciones, malgastemos el precioso y escaso tiempo que tenemos con una vida triste, vacía y llena de sufrimiento.
Así que hoy, más que nunca, lo digo bien claro: ¡¡¡a vivir, que son dos días!!!
bendita brisa que nos recuerda que estamos vivos aunque es una autentica pena que se nos olvide.
ResponderEliminarAbre tu ventana... y ella acabará colándose...
EliminarGracias, Aquellonoerayo, por tu amable visita...
la flexibilidad permite la sobrevivir...
ResponderEliminarUn beso :)
Difícil es vivir sin holguras, sin márgenes, sin juntas de dilatación que absorban cambios, diferencias, variaciones...
Eliminar... por eso, cuando me atan muy corto... me escapo.
Gracias, Esilleviana...
"El amor no es decisivo, ni la fidelidad. Me refiero a la fidelidad de todos los días, que no sirve más que para proteger la infidelidad. La fidelidad acrisolada, ésa es la que vale. La fidelidad conquistada, pues, no la impuesta por las convenciones. Ahora puedo demostrar mi valor, quiero demostrarlo y lo demostraré, ahora es mi momento."
ResponderEliminar"La adúltera"(T.Fontane)
Mejoras con el tiempo, esta historia es deliciosa,muy bien elaborada y con un final entregado. Te añado,si me lo permites, una banda sonora, puede que te guste.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=3BPvsTKLy6Q
Elsa, me han encantado tanto el fragmento de La Adúltera como el video de Serrat. Con todo, lo que más me ha encantado es tu visita :-)
ResponderEliminarPor cierto, debo confesar que me encanta el sabor de lo prohibido... aunque no sea ni entendido, ni aceptado, ni conveniente...
Una bonita historia, en donde se ve que hay muchas maneras de que la pasion y la complicidad resurga, incluso sin palabras, solo con una mirada.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato.
Besos.
Lunna.
Siempre consensuado. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn beso
Sin duda... tendría que ser el vodka :))
ResponderEliminary ... ella a qué se dedicaba??
Es curioso como describes el amor y el desamor, independientemente de la conclusion final.
ResponderEliminarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Y mirando a la Luna Llena
ResponderEliminarse cruzan sus miradas
como dos estrellas fugaces
Detalles
Suscribo completamente la primera parte de tu relato, y al completo uno de tus comentarios, que copio porque no he visto cómo responder a él. En uno de mis sitios (CCC,emla 1ª entrada que escribí, expliqué cuándo y porqué decidí cruzar el Rubicón
ResponderEliminarCasi siempre sin premeditación, surgen oportunidades que compensan las carencias, el desinterés o la indiferencia. Muchas veces, esas oportunidades están dentro de los límites marcados por las líneas rojas. Pueden ser viajes, actividades diversas o cualquier distracción. Sin embargo, también es verdad que para alcanzar esas oportunidades hay que atravesar esas líneas rojas... lo cual, en mi opinión, se hace más por necesidad que por morbo.
Fuere lo que fuere, lo que es inaceptable es que, si disponemos de otras opciones, malgastemos el precioso y escaso tiempo que tenemos con una vida triste, vacía y llena de sufrimiento.
Así que hoy, más que nunca, lo digo bien claro: ¡¡¡a vivir, que son dos días!!!
Lunna, qué bueno volver a verte por aquí...
ResponderEliminarEvidentemente, hay que intentar que resurja la pasión... poniendo imaginación, creatividad... y paciencia.
Es como encender un fuego con leña humedecida...
Aunque, claro, poco se puede hacer si ni siquiera hay leña...
Bienvenida, Inés Solaz. Ni que decir tiene que te sirvas lo que quieras... y que te pongas cómoda.
ResponderEliminarEl consenso es esencial...
Pero también es verdad que dos no pueden si uno no quiere (o, en versión poliamórica, "cuatro no pueden si dos no quieren"). Por eso, por mucho que se hable, o que se busquen puntos de encuentro, a veces la única opción es dejar abierta la ventana para que entre la brisa.
Uff... hace tanto tiempo que no me pasaba por aquí, que casi pierdo el hilo de la conversación, Esilleviana.
ResponderEliminarElla era odontóloga... aunque esto lo descubrí cuando estaba inmovilizado en la camilla.
Hola, Pérfida: es un placer verte por aquí...
ResponderEliminarSupongo que será una gilipollez, pero para entender algo el amor, hay que pasar previamente por el desamor... Y es que no hay nada como un fracaso para aprender.
Estrellas fugaces que se desprenden de la Cabellera de Berenice...
ResponderEliminarGracias, Anónimo, por tu visita... y comentario.
muy muy bueno.
ResponderEliminarbiquiños,
Me alegra volver a verte, Vlixes.
ResponderEliminarLas líneas rojas son como los meridianos en los mapas: sirven para situarnos... pero en realidad no existen.
El morbo es una fuerza intensa, como también lo es el deseo, el sexo en estado puro, la necesidad de afecto o el mismísimo amor. Estoy convencido de que lo importante no es la fuerza que nos impulsa a volar... sino saber volar. Y para esto, hay que probar... y estar dispuesto a caer... y a levantarse.
En cualquier caso, no dejemos en manos del tiempo la solución a los problemas...
Aldabra, celebro que te haya gustado el intercambio de parejas. Y es que no hay nada como la variedad para alcanzar la calidad, jeje.
ResponderEliminarBicos.
a qué huelen las nubes? sum...sum...
ResponderEliminary a qué hueles tú? jajaja
Esilleviana, es de reconocer el buen humor con el que tomas mis insolentes, y carentes de gracia, gracias.Gracias.
ResponderEliminar¿A qué güelo?
Mmm... espera...
Hoy a cítricos... y un poco a marino.
Pasaba por aquí y decidí dejarte un beso desde mis Amanteceres.
ResponderEliminarPues sí, la verdad, muy buena idea, la vida son dos días y de alguna manera hay que hacerla que vibre.
ResponderEliminarUn beso
Hace mucho que no escribes no? ufff ahora me he dado cuenta que ya había comentado.
ResponderEliminarÁnimo y a por una nueva entrada, besossss
Gracias, Amanteceres, por tu amable visita.... Ya sabes que eres muy bienvenida...
ResponderEliminarInés, gracias por repetir visita... :-)
ResponderEliminarSí, tienes razón... he abandonado un poco mi hábito de escritura... pero no es por que no me guste, o por que no tenga inspiración, o por que yo haya cambiado. No... yo ya estoy demasiado "hecho" como para cambiar... jaja. Lo único que pasa es que mis muchas obligaciones laborales y familiares me impiden disponer del tiempo necesario para poder dar forma a mis emociones y deseos...
De todas formas, te adelanto que antes del final de esta semana subiré otra entrada más...
Toc toc!!!!!!!!! No le encuentro por ninguna parte :( :(
ResponderEliminarSi ya no me quieres... no vienes a mi blog, no te gusta, no comentas... snif!!! sniiiif!! sniiiiiiiiiiiiiiiif!!!!
ResponderEliminarY allí se está tan calentito :p
Dalicia, me acabo de pasar por La Madriguera del Conejo, y me he sentido muy calentito bajo la manta... viendo como las gotas de lluvia repiquetean en el cristal.
ResponderEliminarHola, es la primera vez que entro en tu blog y esta entrada me ha encantado.
ResponderEliminarRevivir la pasión perdida a veces resulta imposible, simplemente porque no sólo se ha perdido el deseo, sino que de la mano se han ido con él la admiración y el respeto.
Saludos!
Bienvenida, Uol... y gracias por tu comentario.
EliminarMe encanta eso de abrir la ventana y que el fuego se reviva.
ResponderEliminarMuy buena idea abrir, la ventana o lo que sea.
Abramos las ventanas (y también las piernas) para que entren nuevas emociones...
Eliminar(Gracias, Susana, por tu visita)
Muy buenoooo!!!!!
ResponderEliminarGracias, Sex Shop... y suerte.
EliminarEspero no te plagien y cuando te des cuenta todo eso este registrado a nombre de otra persona.
ResponderEliminarSi es por lo escrito, no tengo mayor problema en que me plagien...
EliminarY si es por lo sentido, tampoco. :-)
(Gracias, Anónimo, por tus palabras)
Me hubiese gustado que hubieses hecho un poco más largo el post. Somos muchas las que deseamos y pocas las que practicamos el intercambio de parejas, lo de ver a tu pareja disfrutar a tu lado y no precisamente contigo, es una sensación que aumenta mi libido y me sube la excitación. Probarlo y veréis.
ResponderEliminarYo es una experiencia que practico normalmente y donde conoces a muchas personas, esas ganas se traducen en un sexo formidable
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