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Muy Explícito...

El vecino

Tengo que contarte algo que me ha pasado… 

Fue con nuestro nuevo vecino…

No sé si te comenté que he coincido alguna vez con él, paseando al perro…

El caso es que me había sugerido varias veces tomar un café… y como estabas de viaje, ayer acepté y lo invité a venir a casa. 

Empezamos charlando sobre la zona, la gente, los perros, el deporte… Pero poco a poco, la conversación fue desviándose hacia temas más personales e íntimos. Me comentó, con cierta zalamería, que en cuanto me vio, sintió mucho interés por mi… ya que le parecía una mujer muy elegante y atractiva… Creo que exageraba un poco, pero el caso es que me gustaba sentir su galantería… Y lo cierto es que fue llevándome a su terreno sutilmente, lentamente, pero con intención y siempre dominando la situación. Vamos, que me lió…y así fue como comenzamos a hablar de sexo. 

No sé si percibió cómo ardía mi sexo… o mi excitación al ver la lujuria de su mirada y el evidente y explícito abultamiento bajo sus pantalones, pero el caso es que se levantó de la mesa, se dirigió a mi y me besó… y yo a él. Y ese beso provocó un fogonazo de deseo entre mis piernas… que acabó empapando mis braguitas cuando pretendió sobarme las tetas…

Por un momento no me pareció apropiada tanta fogosidad, así que me levanté del sofá, muy acalorada y excitada, y le dije que tenía que ir a la cocina. Joder, el vecino me había puesto cachondísima… y muy, muy húmeda; tanto, que opté por quitarme las bragas y echarlas al cesto de la ropa. Rellené mi taza, me senté en la isla del centro y le esperé…

Como presentía, mi espera no fue muy larga. Sabía que era la presa de un lobo hambriento… y que éste había olido sangre, por lo que no se detendría ante nada…

Y llegados este punto, no sé si querrás saber más detalles de lo que sucedió a continuación… 

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