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20/9/13

El deseo bilingüe...

Hace años que no lo veo...

Irracional hasta el extremo, y carente de término medio (o estás con él o estás contra él), ha dejado de ser una prioridad. Por eso me he acostumbrado a no alterar su reposo, ni a requerir su presencia.

Ya no lo busco, ni lo necesito, ni lo espero...

Y es que hasta ahora, los caminos que me han dejado recorrer, aunque excitantes hasta el extremo, no han sido demasiado largos, por lo que no he precisado el estorbo de la pesada alforja de su incómoda compañía.

Pero sé que está ahí...

Inoportuno, impertinente y siempre muy astuto, aguardará pacientemente a que hayamos coronado el monte de los gozos. Y así, apenas hayamos traspasado el pórtico de la gloria, ese viejo sabio, de aspecto santurrón, usará alevosamente su sonrisa socarrona para, abusando de nuestra indefensión, susurrarnos sutiles sonidos siseantes con los que someternos a su vasallaje.

A mi ya no me engaña... 

Soy inmune a sus tretas y ardides, a sus camelos y estratagemas.  Con el tiempo he aprendido a detectar su impostura... y si por un casual descubriese su presencia agazapado tras las sombras de un sentimiento incauto, me detendría y daría, sin más, media vuelta...

Pero todo cambia... y nada permanece.

Y ahora, cada vez disfruto caminando hasta más lejos... explorando los límites...  y traspasándolos... Y cuanto más lejos nos lleva el camino... mayor es el temor de que la pasión por andar no sea suficiente... y que nos falte sustento con el que mantener viva la llama que impulsa el latido de los corazones.

Quizás sea el momento de solicitar su asistencia.

Sí... quizás ahora reniegue de mi mismo, y me vea obligado a buscarlo en ese oscuro y apartado rincón en el que lo he postergado.

Porque nadie como él es capaz de dar sentido a los monosílabos inconexos que eyaculan las lenguas del deseo...

9 comentarios:

  1. Y tampoco hay término medio en aquellos que le dan la espalda y sus más fervientes fieles. Y cuando eres uno de esos fieles los trámites burocráticos para apostatar se hacen interminables, y sólo te queda esperar a que te excomulguen por mala práxis. Así que en ello estoy en la herejía.

    Amaranta.

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  2. Hereje...

    Arderás en las llamas... de la pasión...

    Mmm... y da mucho gustirrinín, jaja.

    Gracias, Amaranta, por pecar... digo por pasar por aquí.

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  3. Tu sabes idioma y conoces el lenguaje de muchas partes del cuerpo ... tendrías que dar más clases particulares.

    :))

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    1. Me sobrevaloras, Esilleviana. Apenas sé balbucear algunas sílabas: con la lengua, la "l" con la "a"; con los dedos, la "m" con la "a"; y con la imaginación, la "f" con la "o", jaja.

      Gracias por tu visita...

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  4. Los idiomas los traduces en el placer que dejas en la piel, al reptar el deseo coronado de lenguas.

    He trasladado el blog Manolo, te dejo el enlace.

    Mis besos

    http://deliriodeti.blogspot.mx/

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    Respuestas
    1. Hay un idioma universal... el que hablan las lenguas del deseo...

      Y este, a veces, y si das con la persona que lo merezca, se puede complementar con el lenguaje del corazón.

      Gracias, Cielo, por tu visita... y tomamos nota de tu nuevo blog.

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  5. El lenguaje del deseo y del amor ese no entiende de idiomas se palpa con la mirada.

    Un beso.

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    1. Es cierto...

      Aunque vertamos mil palabras describiendo al deseo y al amor, no seremos capaces de igualar la sensación que produce esa mirada que toca el corazón... o la piel.

      Gracias, María, por tu amable visita.

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  6. Me parece a mí que me he despistado algo en tu blog, Manolo, tendré que ponerme al día a partir de esta entrada, no sé cómo me he despistado tanto, mañana con calma, comienzo a leerlas.

    Un beso.

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Sólo faltan tus palabras...

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