Atrás han quedado los inicios... casuales... como son muchos inicios...
Atrás han quedado las conversaciones sin fin, los mensajes, las llamadas...
y los esporádicos encuentros anuales de beso en mejilla, caña y barra.
Y tras esa puerta, ahora cerrada,
surge por fin el universo de deseos...
que se insinuaban en cada párrafo, en cada palabra
y en cada signo de tantos y tantos relatos fantasiosos
de princesas, damiselas y caballeros.
Cerrada la puerta, ya no hay anhelos.
Ahora estamos tú y yo...en presente de indicativo...
lejos de condicionales que solo siembran dudas...
y de inciertos pronósticos de futuro imperfecto.
Ahora nuestra presencia es física... material... tangible...
No hay nada ni nadie que se interponga
entre nosotros... y ello nos estremece....
Deambulamos perdidos por la habitación...
fijándonos en detalles intrascendentes...
tratando de ignorar la fuerza gravitatoria que
irremediablemente nos atrae y que inevitablemente
desencadenará el roce, el contacto físico
que tan ardientemente deseamos.
Extiendo mi brazo sobre tu hombro...
no disimulo mi deseo de acercarme a ti...
y sentir tu calor... tu respiración....
tu aliento... tu olor... tu sabor....
Mis labios, sedientos, buscan los tuyos... lentamente...
como el Sol busca el horizonte en un atardecer....
Cierras los ojos... y yo los míos: no quiero ver....
no quiero oir.... no quiero que ningún estímulo
confunda mis sentidos en ese mágico momento
en el que por vez primera besaré tus labios....
Guau, perfecto en cada palabra...
ResponderEliminartus manos recorren su cuerpo mientras sus piernas te atrapan consiguiendo algo muy provechoso: tu calor y deseo... jajaja
ResponderEliminarno había leído este post.
:))