... no recuerdo en qué radica su diferencia...
También es posible, y probable, que ésta no sea muy importante...
Lo nuestro no es imposible, sino improbable. Improbable por que nuestras realidades -y nuestras circunstancias- se conjuran para jugar, a su antojo, con nuestro espacio y nuestro tiempo.
Analicemos nuestras cuatro dimensiones...
- Si nos centramos en el tiempo, veremos que únicamente en 1 de cada 14 días es "posible" vernos...
- Sin embargo, las circunstancias solo nos permiten disponer en contadas ocasiones del espacio en el que nuestros cuerpos (celestes) pueden someterse placenteramente a la ley del deseo, al poder de nuestra imaginación; observando nuestro histórico, podemos concluir que solo 1 de cada 3 ocasiones promociona de "posible" a "probable"...
- Y de esas "posibilidades probables", la luna lunera, o la astenia primaveral, o el mismísimo trabajo convierten 1 de cada 4 en "factibles"...
- Finalmente, el azar, los imponderables y los imprevistos hacen que solo una de cada 2 "factibles" alcance el grado supremo de "real".
Con esta tan reducida verosimilitud, cabría preguntarse si tiene sentido seguir esperando por ese fugaz momento en el que, como Venus y Marte en el atardecer, el deseo y la pasión se alinean durante la sensual conjunción de cuerpos y almas...
Y yo, sin ninguna duda, afirmo que sí... porque aunque solo sea real 1 de cada 365 ocasiones, como tú no hay una igual entre un millón...
Claro que vale la pena.
ResponderEliminarTiempo sin pasarme. ¿Todo bien?
Saludos
Recojo tu suspiro y lo guardo en un frasquito de brisa marina que hay dentro de mi corazón.
ResponderEliminarTe echo mucho de menos.
Ya sabes lo que opino de está entrada, es simplemente genial.
Tú sí eres único entre un millón.
Un beso lleno de cariño.