La forma del fondo...

Escribió amor sobre mi espalda...
pero nunca pude ver su letra...

No era muy extensa: apenas una docena de líneas. En la esquina superior derecha una breve cita: Ama y haz lo que quieras... Abajo, a la derecha, su rúbrica. Era la primera vez que veía su letra. Cerré los ojos e inspiré: notas de flores y bergamota impregnaban el papel...

Pospuse el análisis del fondo y abordé el de las formas...

En general, su escritura era clara y diáfana; podría decirse que el aire circulaba libremente entre los pies del renglón superior y las crestas del inferior. La rigidez de los primeros renglones se iba suavizando hasta convertirse, en los últimos, en una ligera oscilación.

Su caligrafía era menuda, con letras ligeramente inclinadas hacia la derecha. La mayoría de los óvalos estaban abiertos por arriba. El trazado aparecía unido, ligado, con delicadeza. La presión en el papel era fina, tenue. Y separaba las palabras con una graciosa regularidad.

El margen superior era pequeño y escaso. El izquierdo aumentaba progresivamente con cada línea. En cambio, el derecho era muy irregular.

Su firma invadía totalmente el lado de la derecha. La rúbrica, en bucle sencillo, tenía forma de lazo y rodeaba su nombre, sin tocarlo.

Dejé la carta sobre la mesa y miré por la ventana... pensativo. Sin duda, las formas reflejaban nítidamente su personalidad...

Tomé aliento y me dispuse a explorar el fondo...