(de aquellos lodos, vienen estos polvos)
No le daría opción: en cuanto saliese del dormitorio, la tumbaría en el sofá y le quitaría la poca ropa que tuviese encima. La rodearía con mis brazos y la amaría derrochando pasión y entrega, pero evitando mezclar o confundir sentimientos. Trataría de ser correcto en la ejecución, sin estridencias ni aspavientos, recorriendo todos y cada uno de los centros del placer; buscando la satisfacción mutua, pero sin caer en la tentación de querer explorar otros caminos que pudieran llevarnos a desear más... Así que nada de empotrarla contra la pared y susurrarle obscenidades al oído; o de embadurnarla con alguna sustancia comestible que me sirviera de excusa para lamer su sexo hasta llevarla al delirio; ni nada de pellizcarle los pezones o azotarla si por un casual me cabalgase; y, por supuesto, nada de sujetarla por el pelo y estimular su clítoris con la oscilante caricia de mis testículos caso de que decidiera penetrarla por detrás. En definitiva, sería un polvo suave, dulce, "de amigo"...
Apareció en el salón descalza, con el pelo suelto y enfundada en un cortísimo camisón de brillante seda negra que dejaba al descubierto sus largas piernas y del que despuntaban, graciosamente indiscretos, sus levemente erizados pezones.
Se sentó en una esquina del sofá, acomodando la espalda en la frontera entre el respaldo y el reposabrazos. Me acerqué y dejé las copas sobre la mesa. Preferí sentarme en el sillón que estaba al otro lado de la mesa, justo enfrente de ella... lo que pareció sorprenderla. Como el lobo feroz, justifiqué mi supuesta lejanía alegando que así la vería mejor. Arqueó las cejas, y esbozando una media sonrisa, me propinó un inquietante "tú te lo pierdes..."
Haciendo gala de una gran elasticidad, flexionó la rodilla y apoyó su pie derecho en el asiento del sofá mientras equilibraba la postura sujetando la pierna por el tobillo. Si las probabilidades del polvo eran ya de por sí altas, se multiplicaron por diez mil cuando inclinó hacia fuera la rodilla y su pierna se desplomó sobre el asiento, movimiento con el que, intencionadamente o no, dejó al alcance de mi indiscreta mirada los encantos de su ropa interior.
No quise ser grosero, por lo que rápidamente alcé la vista y la miré a los ojos, que brillaban con una pizca de malicia... Parecía estar disfrutando clavando -como Bécquer- su pupila en la mía, quizás poniendo a prueba mi aguante, y mi fidelidad y lealtad al amigo. Y es que todo resultaba demasiado fácil, y sospechosamente predecible y evidente... por lo que me surgió la duda de si estaba interpretando correctamente aquellos signos. Y ante la duda... preferí mantener a raya mis pulsiones animales y decidí esperar a que nuevas evidencias me aclarasen qué hacer. Y mientras no llegasen, lo mejor era relajar la tensión sexual no resuelta tomando esas copas que con tanto entusiasmo había preparado.
Con no pocas dificultades, llevé mi mirada desde sus ojos, haciendo una breve parada en sus pezones y pasando por sus braguitas hasta mi copa. Disimulé mezclando la inexistente ginebra con el agitador. Al percibir mi cambio de foco, comenzó a deslizar parsimoniosamente sus dedos trazando una hipnótica trayectoria circular sobre el borde de su copa... Como una gota de lluvia sobre el cristal, el índice resbaló por su cáliz y, con la complicidad del pulgar, comenzó a recorrer su fino talle de arriba a abajo, y de abajo a arriba... y de arriba a abajo... Ya no necesitaba más evidencias, así que, sin más dilación la sentencié con un inapelable "date por follada".
Me levanté del sillón y le pedí, aunque pareció más una orden que un ruego, que se tumbase boca abajo en el sofá... y que se relajase... Obedeció no sin antes sugerir el traslado a un escenario más espacioso y cómodo, sugerencia que decliné para evitar que, en caso de que hubiere indiscreción, se me reprochase haber mancillado el honor de un amigo sobre su propio tálamo conyugal. Además, el sofá es un lugar idóneo para ciertas artes amatorias...
Con un poco de su ayuda, logré desenfundar su escueto camisón, dejando su espalda totalmente descubierta. Me encaramé sobre ella, sentándome sobre sus pantorrillas y tratando de encajar mis rodillas a ambos lados de sus caderas. Me incliné hacia adelante para apartar su melena hacia un lado. Desde mi privilegiada posición, recorrí su dorso desnudo con la mirada, desde la nuca hasta sus nalgas... entre las cuales se escondía, invisible para el observador profano, la parte posterior de sus finísimas bragas.
Empecé a deslizar el envés de mis manos, aguas arriba, llevándolas desde el pompón que graciosamente adornaba sus braguitas, hasta los hombros, para, posteriormente, dejarlas caer, aguas abajo, por el borde de su silueta. Con cada ciclo de caricias, su respiración se iba haciendo más intensa... más profunda... llegando a veces a convertirse en gemido. Ahora era yo el que jugaba con ella... marcando el ritmo a mi antojo... decidiendo por dónde debían pasar mis dedos... y por dónde mis labios. Seguro de mi victoria, persistí en la tortura a la espera de que se rindiese, volviéndose hacia mi, implorándome algo parecido a un "fóllame de una puta vez".
A la vez que su respiración crecía en intensidad... mi sexo lo hacía en tamaño. Ya no era necesario esperar más... por lo cual, descendí del sofá con la intención desnudarme y pasar a la acción.
Pero justamente cuando había desenvainado y armado mi verga... y ésta se disponía a estar no sólo entre mis piernas... apareció él...
(y, evidentemente, continuará)
Vaya momento para llegar, se puede ser más inoportuno?, aunque te diré que quizá no era ese su momento, pero cuando ya has probado un poco la delicada esencia solo es dar tiempo al tiempo para que ese fuego encendido haga lo propio, la imaginación es traviesa y la mía no se ha quedado atrás, ya he tenido un segundo final a tu historia y también es interesante
ResponderEliminarEres excelente Manolo, besos
Ame, desde luego no se puede ser más inoportuno e impertinente. Aunque también es verdad que se daban todas las circunstancias para que eso se produjese.
ResponderEliminarEn fin... si una lección saco de esta truculenta experiencia, es que el orden sí altera el producto... y que por las noches es preferible el amor y luego las copas... que no al revés.
De todas formas... esta historia aún no ha terminado...
Me cago en él.. ahora que yo estaba, bueno, iba, entonces.. ¡ eso! :p
ResponderEliminarbss!!!
Dalicia, lo primero, agradecer tus palabras de apoyamiento, o apoyadura... o como se diga.
ResponderEliminarEn segundo lugar, volver a insistir en los perjuicios que puede suponer retrasar, no solo la toma de decisiones, sino la puesta en marcha de ciertas acciones en momentos especiales, importantes y con bajísima probabilidad de repetición. Si lo prefieres, en lenguaje llano: nunca dejes para la madrugada lo que puedas follar hoy.
Si es que tanta duda moral con relación a la fidelidad al amigo... si ya se sabe: cuando las ganas de joder aprietan, ni los culos de los muertos se respetan.
ResponderEliminarse acerca a ti con paso firme
ResponderEliminarte pone una mano en el hombro y mirándote fijamente te dice:
"mi mujer se merece lo mejor, fóllatela bien, para eso eres mi amigo"
y te da las dos palmaditas de rigor
... voy a darme una ducha
....
jajaja
bueno, es uno de los posibles , que no?
solo uno, pero el que menos me creo es el de tocata y fuga del susodicho (el título es pa despistar) ;)
fuera bromas, felicitarte por saber mantener la tensión ... y sobre todo por la forma de redactarla
Saludos
(No conocía el dicho de Zeltia,
es pa pensar, pero pa pensar... jajaja)
No creo que sea difícil convencer a alguien de que en situaciones como las relatadas un servidor es totalmente amoral (que no inmoral). De todas formas, Zeltia, convendrás conmigo que, salvo la nocturnidad evidente de los hechos, la ausencia de premeditación y alevosía (ya que, en cierta forma, me estaba jugando el pellejo) hace mi pecado más perdonable.
ResponderEliminarPor cierto, te agradezco la reflexión... y la cita, que me apunto.
Leni, si por un casual me olvidase de mi sana costumbre de avisar con 15 minutos de antelación mi llegada al hogar, y sorprendiese a mi pareja y mi amigo in fraganti, ni qué decir tiene que no solo no interferiría a los amantes, sino que estaría muy honrado de que mi amigo codiciase mi buen gusto.
ResponderEliminarAdemás, entre dos caballeros no ha de haber disputa si la dama ha sido satisfecha...
qué mala suerte!!
ResponderEliminara no ser que él no llegara solo a casa, porque pudiera pensar que su mujer disfrutaba de una noche de fiesta con sus amigas y por tanto, él también estaba acompañado...
podría ser?? jajaja
qué excitante :))
Podría ser...
ResponderEliminarA pesar de que de los indicios pudiera colegirse de que con el pronombre él sólo puedo referirme a mi amigo solo (cuánto bien hacen las tildes diacríticas), es totalmente plausible, y verosímil, que él también pudiera venir en amor y otras compañías, no necesariamente femeninas.
En cualquier caso, Esilleviana, lo que sí parece evidente es que él llega en el peor momento posible...
De todas formas, no hay mal que por bien no venga...
Manolo, escribes de una manera tan excitante cada paso que vais dando que parece que estoy viendo de cerca cada escena, cada movimiento... primero la veo a ella con el corto camisón de brillante seda negra... luego sus pezones... a ti sentado en el sillón... tu sexo crecido... escucho hasta su respiración... si es que lo narras maravillosamente bien, perooooooooooooooooo mira que eres malo ¿eh? que siempre lo dejas en lo mejor, ¿qué pasará ahora que llega él y que parecía que estaba casi todo dado por hecho? madre mía qué interesante se pone esto, si que me tiene super enganchadísima te lo juro jjajajajaajaj.
ResponderEliminarUn beso.
PD.- Gracias por tu bello comentario dejado en mi blog.
Dos besos más.
Como siempre tu blog es un gusto para la estética y los sentidos...y otras cosas.
ResponderEliminarPero el segundo párrafo m´ha matao. ¡Venga ya, hombre! Cuando se pone uno se pone, y que salga el sol por Antequera.
Para planificar ya tenemos todo lo demás: curro, cuentas etc...
María, gracias por tus cariñosas palabras, las cuales aprecio mucho ya que provienen de una artista de la palabra como eres tú...
ResponderEliminarAnte la llegada, inesperada e inoportuna, de un tercero en discordia en semejante trance, no caben disculpas ni palabras vacías. Ha llegado la hora de batirse el cobre...
Fiebre, gracias por tu visita.
ResponderEliminarQuizás esté equivocado, pero creo que para disfrutar del amor, hace falta algo más que amistad. Por eso, en el complicado caso en el que, por las circunstancias que sean, mezclemos amor y amistad, lo mejor es optar por un amor "light", de baja intensidad.
Claro que si ya puestos en harina, vemos que nuestro amigo o amiga merece un ascenso en el rango, no hay mayor problema en pasar a un nivel de deseo superior... en el que el fornicio sea intenso, tórrido y desquiciante.
En resumen, para el amor, la amistad es necesaria pero no suficiente...
¡Te sigo, eres magnífico!
ResponderEliminarcaliente, caliente...
Gracias, Dora, por tu visita y por tus amables y calientes palabras... ;-)
EliminarPor cierto, yo ya te seguía (es un placer leerte)
Espera que se me pase el acaloramiento de la foto y luego comento...
ResponderEliminar(Ufffffff, qué capullito, me gustaaaaaa, me lo quiero comerrrrr)
Bien, ahora, en serio: ¿Señales equivocadas? ¡Dios de mi vida! ¿qué señales hay que hacer entonces para que te echen un polvo? ayyyyyy
Calentito,calentito, Manolo
Uol, gracias por tu visita...
ResponderEliminarDesde el mismo inicio de la noche, las señales han sido claras e inequívocas... La única duda que está flotando permanentemente en el ambiente es qué hacer con la amistad: mantenerla, o pasársela por el arco del triunfo.
Por todo esto no me gusta mezclar la amistad con los negocios... ni con el sexo.
Pues sí, Manolo, pero si la tipa es tan despendolada que se te ofrece a pesar de tu amistad con su maridito, pues... Porque digo yo que también podía ir picar a otro sitio más discreto ¿no? ¡Ah!, pero cada uno sabe lo que le tira.
ResponderEliminarVeremos qué pasa... a lo mejor el marido ha puesto al fulado de cebo y se quiere trincar al amigo. Uno ya no sabe con qué se encuentra... A veces esta vida parece un vodevil je je
Un abrazo.
Una propuesta para salir... una noche divertida... una última copa...
ResponderEliminarHubo una secuencia de casualidades... y al final, Uol, una cosa llevó a la otra.
Si hubiera habido premeditación, a buen seguro se habría llevado la pasión y el deseo a un lugar más apropiado... Pero ciertos eventos escapan a nuestro control... y solo es posible la improvisación (obviamente, desde el conocimiento y la experiencia).
En todo caso, lo mejor es vivir intensamente lo que nos toque vivir... por que es mejor arrepentirse de lo que se ha hecho, que no de lo que se ha dejado sin hacer...
¿Y cómo calificas la última copa en camisón?
Eliminar:)
Uol, aunque ese camisón pueda parecer un atuendo demasiado ligero para la compañía en cuestión, también es verdad que ella estaba en su casa... en su espacio... por lo que, al menos al principio, no me pareció que me estuviese queriendo otra cosa sino que quería estar cómoda.
ResponderEliminarEvidentemente, soy hombre... y por mucho menos de eso, he desplegado todas mis dotes de seducción... jajaja.
(Gracias por tu visita)
"...para el amor la amistad es necesaria pero no suficiente..."...me encanta, me encantas.
ResponderEliminarAmaranta.
Amaranta... la flor que no decae, que no se marchita.
EliminarMis teorías filosóficas son del 'Todo a 1 €', y pueden servir tanto para una cosa como para su contraria. Con todo, para mi son útiles...
El deseo, sin más, puede ser muy intenso, pero también efímero y fugaz... como lo son los fuegos artificiales en una noche de verano. Por eso, en mi caso, necesito acompañarlo con algún vínculo más afectivo, emocional... que proporcione el calor y la luz adecuados... pero sin llegar a alterarlo.
Por cierto, tú sí que eres un encanto ;-)
Magnifico relato, te deja con la miel en los labios, volveré en busca del desenlace o de otra historia tan buena, me encantó descubrir tu blog,
ResponderEliminarun saludo,
Pues nada... no hay nada nuevo... estaré pendiente por si está al caer la siguiente entrada.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, Yara, por tu visita y comentario.
ResponderEliminarPor cierto, me ha encantado tu blog: El camino de Yara
María, si todo va bien... esta noche cae la siguiente... entrada, jaja.
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