¿Dónde estábamos?
Ah, sí... en el condón caducado.
Rasgué con los dientes el envoltorio y extraje, con suma delicadeza, el preservativo. Parecía algo seco. Lo desenrollé un poco... para asegurarme que no estaba del revés. Lo situé sobre el glande y poco a poco fui desplegándolo hacia atrás, hasta que cubrió, en toda su longitud, mi sexo desbocado. Como medida de precaución, y dada la escasez del recurso, lo desenrollé una vuelta más.
Perfecto... por fin tenía los medios adecuados para adentrarme en ella sin riesgos de que un error me acabase llamando papá.
La manipulación y desenrollado del condón agotó mi delicadeza, así que opté por penetrarla sin ambages y con la mayor profundidad posible. Hice un gesto circular con el dedo índice de mi mano derecha ordenándole que se tumbase sobre la cama boca abajo. Frunció un poco el ceño... y obedeció.
Me acerqué al cabecero de la cama y cogí dos almohadones. Ella me miraba algo sorprendida con la cara apoyada en el colchón...
Regresé a los pies de su cama. Me incliné hacia adelante un poco y sujetándola por la cintura levanté sus caderas, dejando su redondo culito en pompa. Coloqué los almohadones bajo su vientre y la empujé, no con muchos miramientos, hacia adelante. Separé un poco sus muslos y, arrodillándome en el suelo, extendí mi cabeza hacia adelante. Abrí la boca y alargué mi lengua, como si estuviese comulgando, hasta que conseguí alcanzar su sexo.
Mmm... Dios... qué rico estaba... tan húmedo... tan dulce... y tan salado.
Mi lengua llegaba cada vez más lejos... más adentro. Cada vez que rozaba su clítoris, ella se estremecía, emitíendo un gemido gutural, ronco... que al oirlo me producía un cosquilleo electrizante...
Una vez preparado el camino, me incorporé y, volviendo a sujetarla por las caderas, tiré de ella hacia atrás acercando sus nalgas a las inmediaciones de mi endurecida polla. Con mis pies bien apoyados en el suelo, empujé mis caderas hacia adelante con la intención de penetrarla.
- Despacio... -me dijo entre temerosa y excitada.
- Tranquila... sólo será la puntita...
Pero el espíritu de Don Juan Viruta me traicionó, y en realidad fue, de golpe y pollazo, "toda ella".
Emitió un alarido que mezclaba placer (ohhh) y dolor (iiii). Y cada vez que percutía en ella, gritaba con más fuerza... Su sexo estaba empapado... El húmedo y rítmico golpeteo de nuestras pieles sudorosas llenaba la estancia con ecos de lujuria y deseo...
Continué penetrándola... Como buen pagafantas quería complacerla, así que me propuse no cejar en mi empeño penetrador hasta averiguar si era, o no, multiorgásmica.
Poco a poco fui aumentando la cadencia de mis embestidas. De repente, de su boca empezaron a brotar gruñidos aderezados con soeces imprecaciones contra su supuesta virtud.
Joder... me estaba poniendo... muy verraco.
De pronto sentí un extraño exceso de humedad en mi entrepierna. Qué raro... Por mucho que estuviese chorreando, era difícil que su excitación humedeciese mis testículos... por detrás...
No le di mucha importancia al asunto... así que proseguí con mis lascivos menesteres.
Incliné mi cuerpo sobre su espalda y pellizqué sus pezones. Gimió ostensiblemente, lo cual me complació sobremanera... Así que, sin más demora, introduje otra vez mi polla en su coño, abierto como una flor, y volví a follarla. Me estaba resultando especialmente excitante penetrarla por detrás: ella a cuatro patas, apoyando el vientre sobre los almohadones, y yo de pie, a los pies de la cama. En cada golpe, en cada embestida, mis manos acariciaban sus nalgas separándolas... y mis dedos jugueteaban traviesos sobre el contorno fruncido de su placer anal.
Poco a poco empecé a sentir una corriente eléctrica recorriendo mi cuerpo... por la espalda, por las manos, por las piernas... para acabar concentrándose en el extremo de mi sexo. Llegaba el momento... mi momento... y sólo tendría una oportunidad para disfrutarlo, dada la escasez de los recursos profilácticos.
De repente, volví a sentir entre las piernas una sensación extraña. Esta vez semejaba la caricia de una brisa cálida y húmeda... o el aliento de un amante exhausto y jadeante tras consumar el placer.
Como era de esperar, la distracción me hico perder el ritmo y la concentración. Así que, un poco contrariado, decidí volver con presteza a mi faena... a mi corrida.
Para ponerme a tono, azoté sus blancas nalgas, lo cual le provocó un chillido de dolor empapado de placer, y volví a follarla. Con cada embestida, mi sexo plastificado se introducía en el de ella... y mis huevos oscilaban de atrás hacia adelante, hasta rozar su clítoris. Entre las acometidas, los azotes, las caricias anales y los pellizcos en los pezones, el placer fue adueñándose de ella hasta conseguir desvelar el secreto de la multiplicidad de sus orgasmos.
Así... entre orgasmo y orgasmo, llegué a la conclusión de que esa noche ya había visto y sentido todo lo que tenía que ver y sentir. Por ello, decidí centrar todos mis esfuerzos en mi placer. Comencé a incrementar el ritmo de mis embestidas. La estaba follando poniendo toda mi carne en su asador... sin contemplaciones.
Sus nalgas enrojecidas, mi cuerpo sudoroso, sus gemidos, la dureza de mi sexo, sus obscenas palabras tildándose de puta... de mi puta, mis embestidas... todo... todo estaba contribuyendo a nublar mis sentidos y mi razón. Ya estaba a punto de caramelo... a punto de correrme... a punto de derramarme en su interior... bueno... en el interior del condón.
Y cuando toda la energía del universo parecía concentrarse en la punta de mi sexo, otra vez apareció la extraña sensación, esta vez convertida en una lúbrica caricia de una piel húmeda, caliente.... y algo áspera.
Sin perder un segundo, giré la cabeza hacia atrás. Y, probablemente con una expresión ojiplática, sólo acerté a decir:
- ¡Hostia puta!
Los monóloblogs reflejan una multiplicidad de verdades, algunas escondidas tras la máscara de la ironía, de lo absurdo. Por tanto, la verdad sólo será visible para los iniciados e inaccesible para los injustos o los que sólo desean gratificación sensual.
13/10/14
Córrete... por Dios.
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Ayyyyy, que lo veo venir... jajajaja
ResponderEliminarJoder... qué perspicaz, porque yo no vi venir nada, jaja
Eliminar(Gracias, UoL, por tu visita)
Bueno, tendré que esperar a la continuación para comprobar si estoy en lo cierto. A lo mejor me sorprendo :D
EliminarEspero que esa sorpresa sea positiva... y que arranque alguna sonrisa.
EliminarDe todas formas, convendrás conmigo en que hay noches en las que es mejor quedarse en casa, jaja
No sé qué decirte, yo nunca me he arrepentido de salir jajaja
EliminarY aquí tu personaje... no digas que no se lo estaba pasando de vicio. :P
Buen finde, Manolo!!
Jajajajaja me has hecho reír como hacía mucho. Y esa última exclamación... jajaja... me parto! Me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso, chico malo.
Ana.
Me alegra que hayas pasado un momento divertido. A fin de cuentas, ante tantas dificultades que pone la vida, la risa tiene poder curativo.
EliminarPor cierto, no sabes la de ganas que tenía de escribir eso de "hostia puta", jaja.
Gracias, Ana, por pasarte por aquí...
Besos.
Buffff si es que me has erizado la piel al leerte porque he ido viendo cada escena, cada detalle y me ha entrado un calor sofocante que ni te imaginas jajaja necesito un ventilador jajaja, ¡pero qué bien lo has ido narrando! todo a la perfección, con pelos y señales, no se te ha ido una ¿eh? me ha encantado, Manolo, mmm dan ganas de volver a leerlo otra vez jajaja, por cierto ¿qué habrá pasado en el último momento? no me imagino qué puede haber sido el motivo de esa exclamación, anda no nos dejes con las ganas de saberlo durante mucho tiempo, no seas travieso ¿eh?
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, María, por tu visita.
EliminarMe encanta leer que te "calientas" con las imágenes que lesta escena crea en tu imaginación. Me habría encantado poder describir mejor las sensaciones y los deseos, pero mis limitaciones me lo impiden.
Prometo que cuando me reponga de la sorpresa que me supuso girar la cabeza, escribiré la continuación de esta pagafántica historia.
Un beso.
Prefiero no ahondar en mi comentario hasta ver la siguiente escena :), espero que no sea lo que estoy pensando
ResponderEliminarUn beso, Manolo
Mujer precavida, vale por dos :-)
EliminarSi es que en los asuntos de la pasión y el deseo, cualquier cosa, por rara que parezca, es posible, jaja.
Gracias, Ame, por tu comentario y por tu visita.
¡Caliente, caliente! Después de beber ese cóctel de fluidos mientras me haces disfrutar en esta orgía de placeres... bienvenida sea la sorpresa! ¿no?
ResponderEliminarLo que no cabe duda es que cada vez me sorprendes más.... Sodoma se rinde a tus pies tras el placer de volverte a leer.
Mmm... Rosaida... tú sí que eres la personificación del deseo ;-)
EliminarCelebro que te haya gustado esta parte de la historia del pagafantas reconvertido a empotrador.
Un beso muy caliente...
Ay mi madre!!!! Como sea lo que estoy pensando... jajajajaja... he hecho mis elucubraciones y tengo dos posibles posibilidades pero me decanto por la más rara y a la vez la que sería más fuerte... a ver si acierto... Mira que dejarlo en este punto... que intriga por dios!!!
ResponderEliminarEsto engancha más que las telenovelas que veía de peque... :)
Me encanta tu forma de relatar, lo haces tan vivido que se puede sentir... genial!!!
Muchos besinos!!!
Desde que veo Sálvame Deluxe, me estoy aficionando a esto de la novela por entregas, jaja.
EliminarHaydée... dos opciones: una convencional; la otra, rara... Mmm... no sé ni cómo, ni cuánto de rara es esa opción... pero te adelanto que me encantan las rarezas. Así que te invito a que me desveles tu secreto ;-)
(muchas gracias, por tus palabras... y un beso)
mi "continuación" tiene mucho de "animal"
ResponderEliminarpiensa mal y acertarás
como siempre, genialmente explicado y sentido
Mmm.... algo animal... brutal... salvaje...
EliminarSuena bien... y eso que piensas mal , Shang Yue ;-)
[Gracias por tu visita]
Esta entrada la publicaste el 26 de septiembre.... y "hoy" me ha saltado un recordatorio en mi agenda....
ResponderEliminarLas cosas que tienen los calendarios... y sobre todo cuando se trata del Calendario Pirelli.
EliminarMe alegra saber de ti, Enriqueta, y te agradezco que "hoy" te hayas pasado por aquí.
Vengo de tu última entrada...!jajajaj!!! Gulp(lo sientoooo)
ResponderEliminarBeso,
Vicky, esta es una historia por fascículos...
EliminarJajaja. .... no creo equivocarme, pero ahora veré.
ResponderEliminarEso sí, hay que reconocer que lo está dando todo. Que gustazo.
Un beso :)