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16/1/14

El clavo ardiente...

Cayendo...

Desconozco las verdaderas razones por las que decidió hacerlo... aunque sospecho que, al igual que todos los que en algún momento tomamos esa decisión, una de ellas fue que estaba cayendo.

¿Por qué yo?...

Fue hace tiempo... no recuerdo bien... Tampoco importa. Por lo que sea, algo en mi debió llamar su atención...

Lo cierto es que nunca he querido saber qué fue... ni tan siquiera el por qué de sus razones... Y no por desinterés o indiferencia... sino porque entiendo que a veces resulta difícil para uno mismo identificarlas o aislarlas, cuanto más para explicarlas a alguien ajeno a ellas... como yo. Por eso, como siempre en estos casos, decidí confiar a los sentidos, a los sentimientos y al tiempo la tarea de descifrarlas y entenderlas, sin que haya intromisión o interferencia. Además, son suyas... y nadie mejor que quien ostenta el título de su propiedad para decidir qué hacer con ellas.

El clavo ardiente...

El caso es que se aferró fuertemente a él... primero con una mano... después con la otra... a veces con las dos... e incluso con la boca... los labios... la lengua.

No quería soltarlo... era suyo... sólo suyo. Podía hacer con él lo que quisiera... y lo hacía: lo acariciaba, lo lamía, lo agitaba con vigor, sin piedad, tratando, en vano, de someterlo... Rendida a la evidencia de su "testadurez", lo introducía entre sus muslos con la pretensión de que la humedad de su pasión apagase su incandescencia, pretensión que, una vez sí y otra también, acababa convirtiéndose en una breve realidad por unos 15 minutos.

Así, asida, permaneció mucho tiempo...

Y es que los sentimientos compartidos, si bien desean despeñarse cada mañana en el abismo de las pasiones, tienen vocación de supervivencia y difícilmente se apagan o desvanecen. Por eso, basta la mínima brisa de una mirada acompañada de una sonrisa para que vuelvan a encenderse con igual o mayor intensidad que antes...

Pero...

Pero una mañana de primavera aflojó sus manos y se soltó...

No he vuelto a saber de ella... 

Entiendo que, allá donde esté, estará bien...

29 comentarios:

  1. No viajo por los blogs como me gustaría, son muchos mis amig@s y a veces poco el tiempo para degustar tantas y tan maravillosas letras que me hacen vibrar y soñar. Pero cuando lo hago y saboreo letras como las tuyas, me produce una adicción que me obliga a seguir leyendo más y más…así que por un instante paralizado en el tiempo, te he disfrutado aferrándome a ese sentir que mana de ellas, quizá cual ése clavo ardiendo, ferozmente y retando al tiempo. Pero antes de soltar he querido dejar éste mi testimonio, y darte las gracias por tan bello y exquisito viaje el de tu post.
    Que no deje de soplar nuca esa brisa que aviva nuestros corazones, somos sentimiento, puro y duro, lo único que en verdad tenemos y nos hace mantenernos en ese frágil hilo que es la vida, y en esa eterna lucha por sentirnos plenos y vivos…

    Muacksss!! :-)

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    1. Es un honor, Ginebra, contar con tu visita.

      Celebro que hayas disfrutado leyendo esta experiencia que, creo, muchos hemos vivido, unas veces siendo clavo ardiente... y otras mano que intenta evitar la caída. En cualquier caso, lo importante es llenar los momentos con sensaciones, con emociones... con vida. Y compartirlos, naturalmente, con quienes los aprecien y entiendan.

      Besos.

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  2. Bien por los dos que supieron disfrutar de sus momentos. A día de hoy, después de vivir oportunidades únicas y espectaculares, solo puedo añadir que en toda existencia los buenos momentos se repitan con asiduidad.

    un abrazo :))

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    1. Esilleviana, carpe diem...

      Desconozco qué pasará mañana... o al otro.

      Quizás si me suelto caeré y me haré añicos...

      ... o quizás una legión de ángeles de dorados cabellos me impulse hacia arriba... y aquí Paz... y después Gloria.

      No lo sé...

      Lo importante es vivir los momentos... los buenos momentos... Y compartirlos...

      Buenos momentos como éste, en el que recibo tu vista...

      Gracias... por leerme.

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  3. También cuesta soltarse...

    Un abrazo.

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    1. No te sueltes...

      Sujétate fuerte...

      Desafía a la gravedad...

      Y desconfía del que te diga que puedes volar... (jaja).

      En serio... si algo te gusta o complace... no lo dejes: quizás no haya nada mejor.

      (Ah... y gracias, Lou, por tus palabras)

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  4. Quizá sea la verdad más clara que haya leído, o quizá las razones mejor rehusadas por la evidencia del momento. Desde luego no me agarraré a ningún clavo ardiente, sólo lo haré a aquél que siempre arde por... la evidencia del momento.

    Un beso desde mi jardín.

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    1. Rosaida, en cuanto llegas, la fragancia de tus rosas inunda los sentidos...

      Los clavos ardientes son, a veces, soluciones desesperadas... ante situaciones desesperadas. Sin embargo, en otra ocasiones, son el estímulo que nos infunde fuerzas, sensaciones y emociones para vivir la vida intensamente...

      En cualquier caso... lo importante es sentir....

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  5. Respuestas
    1. Dejaré una luz encendida...
      (por si quisiere volver)

      [Gracias, Dalicia, por volver...]

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  6. Confiaste en los sentidos, en la pasión de aquellos momentos, en los sentimientos, convertisteis el placer en mares, fuisteis fusión y delirio, y eso es lo más importante... lo que habéis sentido en aquellos instantes... lo demás... ¿qué más dá?

    Un placer siempre leerte, Manolo, me ha parecido mmmmmmuy sensual tu entrada.

    Un beso.

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    1. Hay que vivir el momento...

      Disfrutándolo...

      Saboreándolo...

      Compartiéndolo...

      (ya tendremos tiempo después para pensar qué hemos hecho)

      Gracias, María, por tu visita.

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  7. Me ha encantado tu post sobre ese clavo ardiente que tanto nos gusta a todas, es cierto que en multitud de ocasiones nos aferramos a él con las manos, los labios, la boca y todo nuestro ser, para formar un solo uno mientras disfrutamos de su calor y dureza, hasta hacerle llegar al éxtasis y nosotras con él.

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    1. Gracias por la visita, Vibradores (o mejor, gracias a la persona que está detrás de Vibradores; ¿o quizás está delante? vaya lío... jaja)

      Hay que aferrarse a los buenos momentos... No sabemos cuánto durarán (duros)... ni tampoco si tendremos la suerte de disfrutar en el futuro con ellos... Por eso, más que nunca, aprovechemos el momento... carpe diem... carpe noctem... y mañana ya veremos.

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  8. Seguramente ella se hace las mismas preguntas. ¿Por qué yo?
    ¿El destino? Tal vez. Hay personas que están destinadas a conocerse y sobran las preguntas y las respuestas.
    Si lo que compartisteis fue especial, volverá.

    Ana.

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    1. Volverá... como las oscuras golondrinas vuelven, en tu ventana, sus nidos a colgar.

      Confiemos en que el futuro nos depare buenos instantes... mejores sensaciones... fuertes emociones... y desquiciantes pasiones...

      Sí... seguro que las tendremos...

      Gracias, Ana Anónima, por tu visita.

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  9. Seguro era el momento justo para soltarse, después de tantas sensaciones y vehemencia con la que se vivió, no debió quedar nada más por vivir, y a veces es mejor soltar que seguir anclado cuando ya no hay nada nuevo... Me fuí , (jajaj es decir , eché a volar la imaginación, es mejor despedirnos aquí). Un abrazo fuerte

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    1. Como esos rescoldos que no reciben la caricia de una brisa, las llamas de la pasión pueden apagarse... En este caso, es perfectamente comprensible que se decida dejar de aferrarse a los clavos ardiendo...

      En cualquier caso, Susana, garcias por tu visita... y por mantener vivos tus Rescoldos Azulados...

      Las pasiones, a veces, se agotan

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  10. ¿Para que quitar el clavo ardiente a alguien que se aferra a el?

    Supongo que un clavo quita otro clavo (no necesariamente ardiente)
    felicitaciones por tu blog !!

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    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, Clip: la emoción, el placer puede encontrarse tanto en el calor y tacto de ese clavo ardiente... como en el peligro que supone dejar de aferrarse a él...

      Para finalizar, agradecer tus palabras y recomendar tu blog Hablando del Asunto...

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  11. Aunque el clavo este ardiente, nos puede resultar muy difícil soltarnos.

    Siempre es un placer pasar a disfrutar de tus letras.


    Besos.

    Lunna.

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    1. Lunna, gracias por tu visita y tus amables palabras.

      A veces nos vemos obligados a decidir entre lo menos bueno, lo malo y lo peor... sin que haya otras opciones para elegir. En estos casos, ¿qué otra cosa podemos hacer sino aferrarnos al clavo ardiente que nos permita seguir adelante?

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  12. nunca lo había mirado un pene como un clavo ardiente... y eso que a veces, como todos, he tenido que agarrarme a un clavo ardiendo

    :)

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    1. Zeltia, en primer lugar quisiera decirte que me ha encantado leer tu aniversario...

      ... y también, naturalmente, que te hayas acercado por estos lares.

      En un blog como éste, de tendencia erótica y profusión de tetas, culos e imágenes explícitas, no debiera sorprender que haya elegido tratado de buscar analogías entre un clavo ardiente y un falo... ardiente. En fin... qué poca creatividad, jaja.

      En cuanto a tu experiencia con los clavos ardiendo, lo esencial es que hayan servido para sostenerte... y evitar males mayores.

      Beso.

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  13. jaja
    tu sí que sabes disfrutar de un buen café tanto en invierno como en verano jaja
    y sí, depende en qué contexto, hay que separar para enlazar, ligar y conectar jaja

    un beso :))

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    1. Esilleviana, a veces nos encontramos hilos, como el de Ariadna, que tenemos que seguir, enlazar, conectar, separa y unir...

      Quién sabe... lo mismo al otro lado está el mismísimo Teseo...

      (Como siempre, un placer recibir tu visita)

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  14. Cuando el sexo es nuestra salida, nuestro deseo, nuestra ambición. Los clavos se suceden, se amontonan o desaparecen. Una excitación no vuelve, se pierde se desperdicia.
    Enhorabuena por el clavo excitante. Pero igual que llegan se van. La intensidad tiene esas cosas, que no atiende a razones y sí a sentimientos.

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  15. para qué atormentarse con preguntas y razones, se disfrutó de lo lindo que era lo más importante

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  16. Contos sen noituno e alevosio:
    Sempre entendín as rochas ficadas coma demarcaciós duns límes de aldeias pretas
    que sinalando as súas propiedades furaban o ar que circundábaos.
    Erectos coma mastros de rocha pretendían ser duros cabos de fecundas terras
    nas que as chairas aínda sobresaían máis as súas fortes feitías
    Das terras saían dereitos xeitos de ferreiros inzando os seus carallos
    terreos
    Hoxe o concepto derrúbase e vexo que ese mesmo prodúceos
    e detenos mentras cen centas visións que unen ceo e humus
    Non creanse pra denotar a súa presenza, son enxendros que medran
    amando o ar cos arrodea.
    E a Terra, deséxaos, manoxea ao seu antoxo coma toda femia manexa
    calquera home e ramo de frores
    Son o gromo do que afincados baixo eles atópase os alicerces
    De quen creron que non existían os deuses e aférranse ao seu apoio
    Coma un cravo, en ponta, ardendo á terra que o arrefría.
    Non son elas as pasaxeiras, somos nós os que nos movemos
    En redor desa eira.

    E logo de tanto tempo, un breve saúdo Monolo
    Saúde e Ceibedade :)´



    [ Cuentos sin nocturno y alevoso:
    Siempre entendí los menhires como demarcaciones de unos límites de aldeas abigarradas
    que señalando sus propiedades horadaban el aire que los circundaba.
    Erectos cómo mástiles de roca pretendían ser duros cabos de fértiles tierras
    en las que los llanos aún destacaban más sus fuertes formas
    De las tierras sobresalían inhiestas maneras de herreros labrando sus falos terrenos
    Hoy el concepto se derrumba y veo que ese mismo los produce
    y los detiene durante centurias de visiones que unen cielo y humus
    No se crean para denotar su presencia, son engendros que crecen
    amando el aire que los rodea.
    Y la Tierra, los desea, manipula a su antojo como toda hembra maneja
    cualquier hombre y ramo de flores
    Son el brote de lo que afincados bajo ellos se encuentra los cimientos
    de quienes creyeron que no existían los dioses y se aferran a su apoyo
    Como un clavo ardiendo a la tierra que lo enfría.
    No son ellas las pasajeras, somos nosotros los que nos movemos
    Alrededor de esa era]



    [ http://bdouzaldarrudaceibeilustrados.blogspot.com.es/2012/10/sucelo-deus-larouco-o-barrosode-cuando.html ]


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Sólo faltan tus palabras...

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