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19/5/19

Por los viejos tiempos...

Eso... hagámoslo...

Llevaba tiempo rondándome la idea de darle una sorpresa... Quería para ella algo especial, único... y diferente.

Sí... esta vez no acudiría a una joyería cara... o a una agencia de viajes en busca de un destino paradisíaco...

No... esta vez quería para ella algo más personal... algo que requiriese mi participación o intervención...  y que, por ello, permaneciese, indeleble, en el recuerdo.

Y una noche... mientras divagaba de aqui por allá en la deep web... una lucecita se encendió en mi cabeza y alumbró una sugerente idea...

Y la cercanía de nuestro aniversario activó la puesta en marcha de mi plan...

Ese jueves cumplíamos 10 años juntos... Y para recordar nuestros inicios, la invité a comer en el mismo restaurante en donde nos vimos por primera vez...

De primero, y para compartir, ensalada caprese con anchoas y carpaccio de buey... De segundos, parpadelle al pesto, para ella, y bistecca alla fiorentina, para mi. Para regar nuestras gargantas, champagne, servido con generosidad... Y de postre, un platito de panna cotta, con dos cucharillas... que nos sirvió para rememorar el divertido momento en el que mi lengua relamió con gusto la escasa ración que me ofreció el día que nos conocimos en persona.
Tras la divertida sobremesa, le comenté que quería repetir uno de esos encuentros furtivos que, obligados por nuestras respectivas circunstancias, teníamos algunas tardes. Percibí claramente que el brillo de sus ojos delataba que mi indecente propuesta le había encendido su libido...

Nos dirigimos al hotel en el que dábamos rienda suelta a toda nuestras fantasías en aquellas épocas de clandestinidad... Al llegar, y para disimular, saqué del maletero un trolley, en el que había metido diverso material que podríamos necesitar posteriormente. Entramos en la Recepción...  y tras los trámites de rigor, procedimos a subir a la habitación...

Me deleité contemplando su sinuoso cuerpo reflejado en los espejos del ascensor...  Estaba preciosa... como siempre... como nunca... Mi boca se acercó a la suya... sabía a deseo y a morbosa lujuria... Mi mano, impulsada por el vapor del champagne bebido con exceso, se coló bajo su corto vestido y ascendió, codiciosa, entre sus muslos... Para mi sorpresa, y mayor regocijo, no palpé prenda que mantuviese a cubierto su húmeda feminidad...
Llegamos a nuestra planta... El enmoquetado pasillo amortiguaba nuestros pasos...

714... Introduje la tarjeta en la ranura... se encendió el led verde... y entramos en la habitación.

Tal como había indicado en la reserva, nos asignaron una suite muy amplia... La cama estaba flanqueada, a un lado, por un escritorio con dos lámparas... y, al otro, por un armario con puertas de espejo... A los pies de la cama,  dos sofás y una mesa sobre la que había una cubitera con una botella de champagne y dos copas...  Más atrás, un amplio ventanal que daba acceso a una terraza desde la que se podían contemplar las mejores vistas de la ciudad...

Pero no eran precisamente esas vistas las que quería contemplar...

Descorché el champagne y serví las copas... Brindamos... chín, chín... por una pasión sin límites...

Con un sensual contoneo, me indicó que le desabrochase su vestido. Se giró, dándome la espalda, y desenganché el broche...

Muy lentamente, bajé la cremallera del vestido... pero cuando aún no había llegado a la mitad del recorrido, se echó hacia atrás y con un ligero movimiento pendular, frotó sus nalgas con mi entrepierna...

- Vamos, Manolo, que se nos hace tarde...

Respiré hondo... No debía perder la calma... todavía...

Retiré de sus hombros las mangas... y el vestido cayó al suelo, dejando al descubierto toda su anatomía... Y aunque para nada era una visión inédita... debo confesar que al contemplarla desnuda...  más me gustaba... y más la deseaba...
Le comenté que se pusiese cómoda, ya que me gustaría grabarla. Para que pudiese desinhibirse, saqué de la maleta una máscara veneciana y se la ajusté con cuidado...
Eché las cortinas... y la habitación se quedó en penumbra. Encendí las lámparas de la mesa y las coloqué de forma que creasen una atmósfera cálida y suave... Para evitar sombras, situé una lámpara de pie justo tras el sofá... Saqué las cámaras, los mini-trípodes... y la GoPro. Porque es un engorro, pero hasta me habría traído el dron para registrar la ocasión... Quería combinar planos cortos con otros más amplios... sin interferir las escenas... pero sin perder ningún detalle.

Para terminar de configurar todo el equipamiento, le pedí que se echase sobre la cama... y que improvisase... Mmm... y vaya si improvisó... Se subió a la cama... y gateó graciosamente sobre el colchón...
Cuando llegó al medio... extendió los brazos hacia los lados, dejó caer su torso sobre la cama, separó sus rodillas y empezó a masturbarse con total descaro...
Ajusté el plano de la cámara que tenía sobre la mesa de forma que pudiese ver con claridad el exquisito plisado de su sexo...

Tras mover sus caderas a un lado y a otro, se giró lentamente, recostándose sobre la espalda... Con una insolencia nunca vista... flexionó una de sus rodillas... y me miró con una extraña mezcla de provocación e inocencia...

Corregí la altura de la cámara del escritorio, tratando de recoger en toda su extensión la belleza de su cuerpo...

Por último, se sentó a un lado de la cama, se echó hacia adelante y empezó a juguetear con su lengua mientras se veía reflejada en las puertas del armario... Moví un poco la cámara que estaba en ese lateral y aumenté la intensidad de una de las lámparas para oscurecer el fondo y evitar que apareciese en las tomas todo el entramado audiovisual que había desplegado.

Y tras poner todo en marcha... me aflojé un poco la corbata y envié un whatsapp que tenía pendiente... Cogí la botella de champagne... rellené las dos copas... y me acerqué hasta donde estaba sentada... 

Sorbió la copa entera de un trago... y la dejó sobre la cama. Separó un poco las rodillas, y me empujó hacia ella. Mi entrepierna estaba a la altura de su boca... Podía ver su lasciva mirada a través de la máscara... Joder... estaba empezando a perder el control... Desabrochó mi cinturón, y de un certero tirón lo extrajo de las trabillas del pantalón... Blandiéndolo con una mano, hizo un además de agitarlo, a modo de látigo... Sus manos se dirigieron raudas a mi pantalón, para desabrocharlo... Mi polla palpitaba inflamada y nerviosa por su inminente liberación...
Pero no... aún no había llegado su momento, por lo que con no pocos esfuerzos, me retiré hacia atrás evitando males mayores.

Estaba un poco desconcertada por mi aparente frialdad... pero su gesto mudó en cuanto vio que me arrodillaba sobre el suelo... Se inclinó hacia atrás, apoyándose en los codos... y levantó las rodillas, invitándome a comer mi postre... Separé sus piernas... dejando expédito el acceso a su delicioso coño.

Mi lengua se afanó horadando su bisectriz... abriendo sus pliegues... hundiéndose en el húmedo valle de su sexo... Combinando parsimonia y precisión, mis labios libaron el néctar del deseo... mientras mis dedos jugueteaban traviesos con sus erizados pezones... Una corriente eléctrica debió recorrer su cuerpo, porque se estremeció violentamente... mientras de su boca brotaba un variado repertorio de excitantes obscenidades.

Le indiqué que se diese la vuelta... Situé uno de los almohadones bajo su vientre, de forma que sus caderas quedaron algo elevadas....  Busqué en la maleta aceite de masaje... y lo extendí generosamente por su espalda... sus muslos... y sus nalgas...

Mmm... ahora su piel brillaba como el alabastro... y olía a avellanas tostadas... Mis manos recorrieron su espalda.... desde los hombros... descendiendo juntas por su columna...  para volverse a separar en la curvilínea superficie de sus glúteos... Y entre bucle y bucle de caricias... de vez en cuando se hundían en la comisura de sus nalgas, dejando libertad a sus dedos para que, unas veces, se solazasen en las ardientes paredes de su sexo... y otras, explorasen las inmediaciones de su zona anal... Mmm... podía sentir como palpitaba su esfinter al sentir la insolente curiosidad de mi dedo corazón...

Hundí mi lengua entre sus nalgas... y esta recorrió el delicado fruncido que rodeaba a su ano...  Poco a poco, mi lengua se aventuraba cada vez más adentro... abriéndolo más y más...

Mmmm... su sabor era exquisito y su olor, embriagador...

Amplié el marco de operaciones descendiendo hasta su coño... cálido y húmedo como una selva tropical. Extendí todo lo que pude mi lengua, hasta alcanzar su clítoris... Percibí con agrado su dureza... Mi lengua caracoleó intensamente en su cima... que vibraba de placer... Diversifiqué mis actividades, presionando su ano con mi nariz...  y estirando mi mano hacia sus tetas... sobándolas impúdicamente...

Ella recibía mis estímulos (imagino que) tan complacida como yo estaba al regalárselos...  La acumulación de caricias y lametones, en su húmedo coño, en su exquisito culo... y en sus encrestado pezones provocó en ella un géiser, un volcán, un terremoto de sensaciones que concluyeron en sonoros puñetazos al colchón mientras profería ese imperativo "quieres follarme de una puta vez" que tanto me excitaba escuchar...

Saqué el plug anal que con premeditación y alevosía había llevado todo el tiempo en mi bolsillo... lo empapé en aceite... y se lo introduje con suavidad. Y con un leve azotito de aprobación en su sexo, le indiqué...
- Todo a su tiempo, darling...


Apenas había terminado de pronunciar mis palabras, cuando llamaron a la puerta... Llevándome el dedo a mi boca, le hice una seña para que se relajase... y que permaneciese en silencio... Tras darle un beso en la boca... le puse una venda sobre el antifaz, de forma que no pudiese ver nada de nada...

- ¿Quién es?, preguntó algo intrigada

Le respondí, mientras me dirigía hacia la puerta....

- Es tu regalo...

7 comentarios:

  1. Impresionante velada... Sin duda alguna permanecerá indeleble en su recuerdo.

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    1. ... y es que las buenas sensaciones nunca se olvidan 😘

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  2. da mucho gusto celebrar (lo que sea) así

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    1. Let's celebrate...

      Nada mejor que la excusa más tonta para que se pueda crear una oportunidad en la que disfrutar un momento... en buena compañía.

      Gracias, Mónica, por acercarte...

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    2. siempre es un placer acercarme a ti

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  3. Bufffff tendré que venir otro momento a leerte, porque ya solo con ver las imágenes y gifs tan excitantes pues que me han derretido, Manolo buffffff

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    1. María, la próxima vez buscaré imágenes más decorosas y recatadas... ;-)

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Sólo faltan tus palabras...

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