La curiosidad mató al gato...
... y a la gata.
Siguiendo las instrucciones de Laura, el DJ comenzó a bajar el volumen de la música y a atenuar las luces. Todo quedó a oscuras y en un silencio que presagiaba una inminente sorpresa...
De pronto, comenzaron a escucharse los armoniosos arreglos de cuerda de Can't Take My Eyes Off You, de Gloria Gaynor. Todos los allí presentes prorrumpieron en un "ohhh" que fue desvaneciéndose para dar paso a una sentida ovación cuando la luz de un foco iluminó a los anfitriones. Sabían que era la canción favorita de Maca y Jacobo, y el "guión de la celebración" indicaba que ambos debían bailar juntos para felicidad y regocijo de los invitados. Pero para desconcierto de todos ellos, Maca empujó a Silvia hacia los brazos de Jacobo. Este, extrañado, miró a Maca arqueando las cejas y separando las manos, intentando buscar una aclaración ante esa insólita acción. Maca, perfectamente consciente de lo que hacía, manifestó su conformidad asintiendo con la cabeza, por lo que Jacobo rodeó con su brazo la cadera de Silvia y ambos comenzaron a bailar.
Sin ser unos maestros en bailes de salón, Silvia y Jacobo comenzaron a encadenar balanceos y vaivenes... enlazados con sueltas de manos que, tras un acompasado giro, volvían a unirse con gran precisión. Maca observaba a la pareja con una mezcla de maldad y celos... Le ponía muy cachonda ver el cuerpo de su amiga restregándose al de su marido... de forma parecida a como lo había restregado al de ella, muchos años antes, en Ibiza.
Verano del 1995, sábado noche en Ibiza... En todas las discotecas sonaba, obviamente, el Saturday Night, de Whigfield. Y al igual que en el video del bombazo veraniego, Silvia y Maca estaban en su apartamento preparándose para salir. Tras un día de cala, bronceado, chapuzones, mojitos y cita con unos chicos muy majos de Barcelona, ambas procedieron al obligado paso por la ducha para eliminar el salitre de sus cuerpos. Aunque no había un expreso acuerdo previo, la muy resuelta Maca siempre se duchaba primero, para dar paso, después a la más pasiva y obediente Silvia.
Maca salió de la ducha y se sentó en la cama para peinarse. Era el turno de Silvia... Apenas sí habían pasado unos segundos, cuando Silvia salió del baño, desnuda y totalmente empapada, para buscar su toalla que, por descuido, había dejado sobre la cama. Al pasar al lado de Maca, ésta, al verla así, le propinó un inocente azote que provocó un leve temblor y enrojecimiento en una de sus nalgas. Silvia se volvió hacia ella con la intención de recriminarla. Pero su gesto, en lugar de conseguir la pretendida reprimenda, lo que provocó es que sus exuberantes y humedecidos pechos quedasen demasiado cerca de los ojos, manos y labios de Maca. Ésta, que nunca había tenido ningún interés o experiencia sexual con otra mujer, al ver tan cercar esos golosos reclamos, estiró una de sus manos con la intención de aprisionar, entre su pulgar e índice, uno de sus rosados pezones. Silvia permanecía extrañamente inmóvil... como tratando de mantener la compostura... aunque era muy evidente cómo su pulso y respiración se aceleraban cada vez que Maca oprimía su endurecido pezón... Al no observar ninguna reacción negativa o de desagrado en Silvia, Maca estiró su otra mano para repetir sus suaves caricias en su otro pezón.... Finalmente, Silvia claudicó: cerró los ojos, entreabrió sus labios y echó su cabeza hacia atrás...
La actitud de entrega y, en cierta forma, de sumisión de Silvia provocó mayor excitamiento y osadía en Maca. Ésta dejó caer una de sus manos por el vientre de Silvia hasta llegar a su pubis, que en aquellos locos años 90 estaba aún cubierto por un muy poblado vello. Ahuecó la palma de la mano para adaptarla a la delicada y labiada anatomía femenina de Silvia. Sus caricias comenzaron a aumentar en intensidad y frecuencia, a la vez que el dedo índice comenzaba a hundirse entre los pliegues, cada vez más húmedos, del sexo de su amiga. Maca, que nunca había tocado un coño que fuese el suyo, sentía cierta familiaridad en la exploración del deseo de su amiga. Y es que la morfología de su sexo era muy parecida a la del suyo... la textura y el tacto, similares... y hasta la humedad que destilaba al ser acariciado, comparable. De no ser porque la vulva de Maca estaba casi totalmente rasurada, uno podría decir que ambos coños eran iguales. Por ello, tras un breve y somero razonamiento, llegó a la inapelable conclusión de que aquello que a ella le pudiese encender y excitar, también debería provocar idéntica reacción en su amiga. Así que procedió a hundir el dedo corazón en las profundidades de la vagina de Silvia... buscando la superficie granulada de su punto G... La combinación de caricias en tan erógena zona y la presión que con la palma de la mano ejercía sobre su enhiesto clítoris, provocó un torrente de orgasmos que no parecía tener fin. Maca, complacida al comprobar sus habilidades a la hora de proporcionar placer, sin mediar palabra alguna, tiró de Silvia, empujándola hacia ella, con la pericia adecuada para que ésta cayese de espaldas sobre la cama.
Maca se arrodilló en el suelo y avanzó gateando hacia el borde de la cama, del que colgaban las bronceadas piernas de su amiga. Las separó y aproximó su boca hasta las inmediaciones, pálidas por la marca del bikini, del coño de Silvia. Sin dejar de mirarla, alargó su lengua hasta rozar su endurecido y enhiesto clítoris, lo cuál provocó que Silvia, que, quizás por timidez o vergüenza, mantenía sus ojos cerrados, tensase su cuerpo y que golpease con ambos puños el colchón, mientras emitía un interminable "mmmmm" seguido de un muy sinuoso "ssssííí"
Sí... todo encajaba. Cada perversa acción de Maca tenía como contrapartida una respuesta generosa de abundante placer en Silvia. Con precisión milimétrica, comenzó a lamer el clítoris... presionándolo... meciéndolo de un lado a otro. Mmm... le encantaba notar en su lengua la dureza de aquella delicada perla. Tras las caricias linguales... procedió a chuparlo succionándolo con los labios... mientras introducía sus dedos por su propia vagina, para masturbarse, y apretaba, con su otra mano, los erizados pezones de Silvia. Maca subió la intensidad de sus acciones. Ahora ya no acariciaba ni lamía, sino que mordisqueaba aquel excitadísimo clítoris... Silvia, ebria de placer, se sumió en un interminable orgasmo que concluyó en un repentino y desbordante humedecimiento que llegó a alcanzar el mismísimo, y lascivo, rostro de Maca.
Pero justo en ese húmedo momento, sonó el teléfono... Eran los chicos de Barcelona... que, sin haberlo pretendido, estaban poniendo un impertinente final a la prohibida pasión de Silvia y Maca.
Tras el lésbico episodio Ibicenco, ambas llevaron sus vidas por los clásicos derroteros que imponían su edad y condición social, sin que hubiese mención o sugerencia algunos para repetir tales lúbricos y excitantes juegos. A pesar de ello, Maca, siempre curiosa y audaz, no dejó de albergar la esperanza de que llegase el día en el que pudiese avanzar en la exploración del placer, tomando a su amiga como conejillo de indias...
Y ese día llegó, muchos años después...
La simultánea coincidencia de la matritense festividad de la Almudena, unida a que los colegios de sus respectivos vástagos estaban situados en selectas urbanizaciones de la periferia, y la ausencia de Jacobo y Víctor por sendos viajes de trabajo, permitió que Maca y Silvia disfrutasen de "libertad" durante, casi, un día completo...
A primera hora de la mañana, quedaron en la urbanización de Maca para enfrentarse a dos amigas en un partido de paddle. La pasividad de Silvia en ciertos juegos sexuales contrastaba con su habilidad y agresividad en el pádel. Por ello, sin mucho esfuerzo, lograron doblegar a sus rivales por un cómodo 6-3, 6-2 y 6-1... Finalizado el partido, se dirigieron al chalet de Maca para cambiarse... y, como era previsible, al llegar a las inmediaciones de la ducha se refrescaron sus recuerdos y se incendiaron sus deseos.
Pero esta vez Maca estaba mejor preparada... Así, con el paso del tiempo pudo hacerse con todo un arsenal de juguetes y accesorios sexuales que, muy esporádicamente, ponía en acción junto a Jacobo... o sin él. Vibradores, plugs anales, pinzas para pezones, anillos masajeadores... y su objeto más preciado: un corsé con un arnés al que podía acoplar dildos de silicona de variados tamaños y colores.
Maca se acercó a Silvia... subió su minúscula faldita, bajó sus bragas y la empujó para tumbarla sobre la cama... boca abajo. Se acercó al armario y abrió un cajón del que extrajo varios de sus juguetes para depositarlos, ordenados, sobre el colchón... Se desnudó, se enfundó el corsé, se ajustó el arnés, y le acopló el dildo más grande de su colección... Tiró de las caderas de Silvia hacia arriba y separó sus rodillas para dejar bien expuesto y accesible su sexo que, siguiendo la absurda tendencia del porno más cutre, estaba totalmente rasurado. Aplicó lubricante al enorme dildo y, dirigiéndolo con su mano derecha, lo introdujo suavemente en el muy húmedo coño de Silvia. Por fin Maca podía dar rienda suelta a una de sus fantasías... ser ella la que la que penetrase... la que follase... la que dominase.... la que tuviese el control...
Con cada embestida, Silvia emitía un gemido... Los primeros eran apenas audibles... pero cada vez que Maca empujaba su cuerpo hacia ella, penetrando sus carnes, los gemidos mudaban en sonoros gritos, que, de no ser porque la mano de Maca tapó su boca, a buen seguro hubieran alertado a los vecinos.
Maca disfrutaba extasiada con el excitante espectáculo de las nalgas de Silvia separándose y temblando con cada una de sus violentas acometidas... Su mutuo y armonioso placer no tenía fin: Maca dándolo.. y Silvia recibiéndolo... Pero Maca quería más... mucho más...
Y así, como quién no quiere la cosa, sus dedos comenzaron a jugar con en el fino relieve anal de Silvia. Con cada embestida, como si de la boca de un pez que quisiera respirar se tratase, el ano de Silvia se abría y cerraba. Ante tal provocación, Maca dejó caer sobre él un chorro de lubricante... e introdujo uno de sus dedos... primero el índice... y después el corazón... lo cuál provocó un súbito y húmedo orgasmo en Silvia, que dejó empapado el edredón de la cama... Los dos dedos se duplicaron dentro del dilatadísimo ano de Silvia, que continuaba sumida en una exitación sin fin... Maca también se excitó al sentir, a través de la fina capa de piel que separa el estrecho sendero de Sodoma de la vagina, la rugosa superficie del dildo con sus dedos... Poco después, y con sumo cuidado, retiró la mano para introducir el dildo... lo cuál provocó que Silvia emitiese un gutural alarido que derivó en una retahila de soeces obscenidades cuando Maca comenzó a percutir violentamente contra su cuerpo, penetrándola sin compasión... Finalmente, Silvia, exhausta, dejó caer su cuerpo sobre la cam y giró su cabeza hacia su amiga para implorarle que pusiese fin a tan salvaje y vicioso juego.
Y ahora, en la fiesta, Silvia volvía a mirar a Maca... implorándole que volviese a poner las cosas en su sitio poniendo fin a ese ahora incómodo baile en el que ella tenía que ser la pareja.
Maca percatándose de la inconveniencia de prolongar aquella situación, avanzó hacia ellos. Silvia se apartó aliviada y Maca y Jacobo comenzaron a bailar, abrazándose y besándose... Y entre abrazo y abrazo, y beso y beso, Maca pensó que había llegado el momento de poner fin a la fiesta para llevar a su huerto a Jacobo y así recuperar esa llamita de la pasión que la rutina y la monotonía apaga con tanta facilidad. Y nada mejor para encender esa llama que el juego... y la provocación. Y como el recuerdo de los lascivos encuentros con Silvia estaba aún fresco, Maca pensó en que aquella noche le brindaba una buena oportunidad para recuperar los olvidados artilugios sexuales... Y pensando, pensando, pensó que el arnés podía ser la guinda perfecta para un lujuroso pastel, que tanto podían saborear ella... como él.
No me van las chicas pero sí tu relato :)
ResponderEliminarMe gusta bucear en esas relaciones como leas de tus protagonistas.
Besos
Complejas (maldito corrector )
EliminarGracias, Tatu, por tu visita.
EliminarMuchas veces no podemos explicar las conexiones, querencias e incompatibilidades que surgen entre personas. Y en el caso de Maca y Silvia, existe un complejo plano de conexión sexual en el que ambas se entienden, se expresan, se comunican... aunque de forma muy esporádica.
Y es que, curiosamente, el sexo no entiende de sexos...
En esa apetecible vorágine del placer, cualquier cosa puede suceder… Somos sexo, por lo que todo es loable en el momento que florece el deseo en ese maravilloso río que te lleva…
ResponderEliminarAprovecho para preguntarte, si me darías tu permiso para compartir algún post tuyo en el blog que abrí recientemente y que ya has visitado http://varietes-ginebra.blogspot.com, donde en el apartado “compañer@s de letras” comparto textos con autoría y enlace al blog. Sería un placer tenerte allí, querido amigo. Ya me dices. Y si me das tu aprobación, ya te avisaría cuando lo publicara, dejando en tu blog el link.
Bsoss!!
Sexo eres y en sexo te convertirás... jaja.
EliminarGracias, Ginebra, por tu comentario y visita. Y sí... cualquier cosa puede suceder cuando hay deseo y placer de por medio.
En cuanto a incluir alguno de estas historias en tu blog, por mi parte sólo decir que es un honor...
Un beso.
Gracias pues, el honor es mutuo! ;-)
EliminarMás Bsoss!
Mmm pero qué espectáculo más placentero, dos mujeres al unísono, latiendo fuerte, embestida tras embestida, disfrutando de los artilugios sexuales, y de los curvados cuerpos que, entre mareadas se desbordan, pues sí que has escrito un relato de lo más erótico, Manolo, y yo perdiéndome éstas visualizaciones.
ResponderEliminarUn besazo.
Dos mujeres... unidas por una amistad... y un "algo más".
Eliminar¿Curiosidad? Es posible...
¿Morbo? Sin duda...
En cualquier caso, nada malo hay en disfrutar... y hacer disfrutar...
como disfrutamos los que te leemos... María.
¿Malo? todo lo contrario, un placer es disfrutar de tus textos, Manolo.
EliminarMil gracias también por disfrutar con los míos.
Más besos.
Un verdadero placer leer su texto, una maravilla descubrir el gran morbo que recrean todos sus relatos, ya se dice que para encender el cuerpo de una mujer, nada mejor que un buen texto cargado de excitación que genere deseos ocultos mmmmm
ResponderEliminarGracias por compartirlos, dejo besos para usted desde mi perversa orilla señor.
Gracias por pasar por aquí, Alexia. Celebro que te hayan gustado las peripecias de Maca, Silvia, Laura, Anabel, Javier, Cosme y compañía... Y ahora que tu cierpo empieza a encenderse... habrá que rozarlo con una leve brisa para que se aviven las brasas...
ResponderEliminarPor cierto, el placer es leerte y aprender con tus escritos...
En el laberinto insaciable de la pasión y el deseo todo puede suceder y se pueden despertar instintos que se creían que no existian o estaban en el fondo del armario.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato.
Besos.
Lunna.
La curiosidad nos impulsa a adentrarnos en terrenos desconocidos... en los que es esencial abrir nuestros sentidos... nuestra mente... nuestro cuerpo.
EliminarAsí que abramos nuestros sentidos y nuestros cuerpo a nuevas emociones y sensaciones... y que las podamos experimentar, vivir y evolucionar en la mejor de las compañías.
Un beso muy intenso, Lunna.
Un relato de esos que rescatan por completo la esencia del erotismo (que no es lo mismo que pornografía). Sutileza y morbo, y también elegancia en la prosa. Enhorabuena de una fan
ResponderEliminarGracias, Pola, por tu visita... y por tus amables palabras.
EliminarDecía Vargas-Llosa que la pornografía es erotismo mal escrito... Quizás tenga razón, y la diferencia esté en la forma... en lo estético... aunque sean la misma materia en el fondo.
En cualquier caso, sea erotismo, pornografía o posporno, lo importante es que haya servido para pasar un buen momento y estimular nuestra imaginación...
Por cierto, me encanta el sexo en China
Solo vengo a desearte Felices Dias.
ResponderEliminarCuando llegan estos días miro atrás y no deseo, no desearía, encontrar pasos perdidos que me hablen, que nos recuerden; no deseo, no desearía, encontrar sueños rotos como el cristal que se enfrentó inútilmente a la piedra; no deseo, no desearía, encontrar lágrimas oxidando el remanso de las caricias que llevan mi nombre o el tuyo.
Cuando llegan estos días miro atrás y no deseo, no desearía, encontrar sobre mi piel, sobre la piel de quien comparte mis palabras, la soledad de la nieve nocturna, la migración de la esperanza ante tantos y tantos problemas que agrian el sabor de los besos.
Cuando llegan estos días elijo la pasión, tu pasión, como dúctil deambular en esas noches en las que la luna desnuda las sombras; así cada día, cada uno de esos días que nos entregara pronto el año 2017 con la esperanza redimida en que cambiaremos todo aquello que nos hace alejarnos de nosotros mismos y de los demás.
Besos.
Lunna.
Lunna, tus palabras, como tu brillo, iluminan muchas noches de pasión y deseo...
EliminarY espero que 2017 vuelva a ser un magnífico año Lunnar ;-)
va a traer cola ese artilugio
ResponderEliminarKissss y kissss