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28/4/23

La fotógrafa…

Juan se conserva estupendamente... y sigue sintiendo (y teniendo) una pasión juvenil por mi... Sé que me adora... y que le gusto... Lo noto en su mirada... en sus besos al despertarnos... en sus manos al acariciar mis nalgas cuando paso por delante de él... o en sus dedos traviesos buscando cualquier excusa para refugiarse en el cálido y húmedo abrigo de mi coño. 

Con el tiempo hemos ido perfeccionando nuestra pasión... hablando sin tapujos de nuestras preferencias... y de nuestros gustos... Y cuando hemos podido, hemos ido experimentando y fantaseando con todo aquello que nuestra inagotable imaginación ponía encima de la mesa... o de la cama. 
 
Me gusta escuchar cómo aúlla de placer cuando le pajeo... cuando le chupo la polla mientras acaricio sus huevos... o cuando lo enloquezco al introducir mis dedos, y lo que se tercie, por su ano... 

Me gusta escucharme cuando empotra su polla entre mis piernas... o cuando tira de mi pelo mientras me cabalga por detrás... Me pone zorrísima sentir esa mezcla de dolor y placer cuando horada mi culo sin contemplaciones... como si de un animal se tratase... Me encanta sentir como mi coño se convierte en gelatina cuando lo veo sobre mi, percutiendo su cuerpo contra el mío, mientras pelizca, mordisquea y escupe en mis pezones... 

Pero volvamos al asunto... 

Al principio probamos con una sola cámara. Buscamos la mejor perspectiva apoyándola en la mesilla, o poniéndola en un trípode, o colgándola en el techo. Hasta llegamos a experimentar con una GoPro colocada en un palo selfie... o en un arnés sobre su pecho, e incluso con un elástico sobre su cabeza...
Pero ninguna de nuestras largas sesiones de sexo se registró enteramente a nuestro gusto. Unas veces porque nuestros cuerpos, piernas o brazos bloqueando justamente lo que más queríamos ver... otras porque no estábamos situados en el ángulo adecuado... o porque la claridad que se colaba por la ventana generaba un fastidioso contraluz que diluía nuestras siluetas... Además, no disponíamos de variedad en las tomas, faltándonos la adecuada combinación del detalle de los primeros planos y de la visión de conjunto de los planos generales. 

Sí... tenemos demasiadas limitaciones... y es hora de ponerles remedio. 

Y pensando, pensando... reparé en nuestra amiga Hania, que si bien no es fotógrafa profesional, sí tiene mucha experiencia en grabaciones, ya que colabora habitualmente con uno de sus primos que dirige una empresa dedicada a tales asuntos. 

Sí... sería perfecto que ella nos grabase. Además, tengo bastante confianza con ella... ya que nos conocemos desde hace tiempo, y nuestras respectivas hijas son muy amigas y solemos ir mucho a su casa... y ella a la nuestra. 

Pero, ¿cómo se lo planteo? ¿cómo le digo: Hania, quiero que nos grabes a Juan y a mi follando? Joder... no es nada fácil crear una excusa o una ocasión para proponerlo. Además, lo más normal sería que ella se negase, o se escandalizase ante tal propuesta... Uff... no quiero ponerla en esa tesitura, ni quiero poner en peligro nuestra amistad... o la de nuestras hijas. 

Aunque, por otro lado, me da un morbo tremendo que nos vea desnudos... follando. 

Me excita imaginarla filmando en primer plano mi coño húmedo siendo profanado, una y otra vez, por la polla de Juan. Supongo que al estar tan cerca, percibirá mi olor a hembra cachonda, emputecida por el deseo... Quizás repare en mi abultado clítoris... y se vea tentada a tocarlo, a acariciarlo... o a lamerlo... Joderrrr... cómo me pondría sentir su lengua jugueteando con mi clítoris mientras Juan me folla sin piedad... 

Y ya puestos, quizás también Hania se ponga al ver de cerca la polla de Juan clavándose en mi coño... mientras tensa sus nalgas para empujar toda su hombría dentro de mi. La imagino colocándose detrás de Juan, para cambiar el plano... Sin duda se excitará al ver que con cada empellón, los huevos de Juan impactan en mi ano... Mmmm... Hania sujeta la cámara con una de sus manos y deja que la otra se deslice por la espalda de Juan, empapada de sudor. Sus dedos resbalan entre sus nalgas para acariciar sus huevos.... Joder... seguro que a Juan esto le pone cachondísimo... 

Sí... tenemos que buscar una ocasión y planteárselo... porque en estas cosas nunca se sabe...

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